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lunes, 6 de junio de 2022

La A-57 figura por vez primera en el plan estatal de conservación de su red viaria en el municipio

Estado de las obras del tramo Vilaboa-Marcón de la A-57 en el lugar de Pintos. |   // RAFA VÁZQUEZ Estado de las obras del tramo Vilaboa-Marcón de la A-57 en el lugar de Pintos. | // RAFA VÁZQUEZ

Es un contrato de 15,5 millones que afecta también a la autovía de Marín o la carretera de Ourense | La inclusión del tramo Vilaboa-Marcón de la circunvalación sugiere que se podría cumplir el anuncio de finalizarlo antes de 2023



Periódicamente, el Ministerio de Transportes (antes Fomento) contrata un plan de conservación y explotación de las red viaria del Estado en el municipio de Pontevedra. Son las carreteras nacionales 550 a Vigo y Santiago, o N-541 a Santiago, así como la autovía de Marín o el tramo de cuatro carriles entre O Pino y Mollavao. El anterior contrato, adjudicado en 2018, ya ha expirado y el Consejo de Ministros ya ha autorizado la celebración de uno nuevo, con un presupuesto de 15,5 millones de euros.

Y la principal novedad de esta futura adjudicación es que por vez primera aparece entre las carreteras que habrá que mantener en los próximos tres años figura la A-57, la ansiada circunvalación de Pontevedra, si bien únicamente los seis kilómetros de los más de veinte que tendrá cuando se ejecute en su totalidad. Se trata del tramo entre Vilaboa y Marcón, iniciado en 2015 y que supera ya los seis años de obras, plagadas de retrasos y obstáculos.

Su inclusión en este nuevo contrato de Transportes sugiere que se podría cumplir el anuncio de que estos interminables trabajos podrían concluir antes de 2023, aunque el aspecto actual de las obras no invita a pensar que sea una realidad. En todo caso, el contrato se planta con tres años de duración, más dos de prórroga, un margen de tiempo que sí hace pensar en que en este plazo se dispondrá de este tramo. Aún así faltarán dos más: entre Marcón y Xeve y desde ahí hasta Curro, en Barro, para conectar con la AP-9. No hay plazo alguno para ser licitados siquiera.

El contrato que acaba de autorizar el Consejo de Ministros se centra en la ejecución de diversas operaciones de conservación y explotación en carreteras del Estado en un sector de Pontevedra (en concreto la ciudad y algunas localidades próximas como Vilaboa y Caldas), con un valor estimado de 15,5 millones de euros. La duración del contrato es de tres años, con posibilidad de prórroga por otros dos y “se enmarca en el programa de conservación y explotación de carreteras del Ministerio de Transportes, que permite mantener la vialidad en la Red de Carreteras del Estado para que sea accesible en adecuadas condiciones para todos los ciudadanos”, según destaca el propio departamento estatal.

El sector incluye las siguientes carreteras, que suman algo más de cien kilómetros de red viaria del Estado: la PO-10, que el ministerio clasifica como “Circunvalación de Pontevedra, de 1.660 metros; la PO-11, de acceso al Puerto de Marín, de algo menos de 5,6 kilómetros; la PO-12, denominada “Acceso Oeste de Pontevedra”, de 820 metros y la N-550, en poco más de un kilómetro de la Avenida de Compostela.

También aparece la N-541, en los cuarenta kilómetros en el límite de la provincia de Ourense y Pontevedra, lo que incluye al municipio de Cerdedo-Cotobade, además del de Forcarei; la N-550, entre Caldas y Pontevedra, con 16,5 kilómetros, y entre Pontevedra y Redondela, con 18.000 metros más; y la N-554, entre Vilaboa y Rande, de 10,4 kilómetros.

En el municipio de Caldas, el contrato de Transportes hace referencia a los 4.135 metros de la N-550A, la travesía del municipio.

Según explica el ministerio, “el nuevo modelo de contratos de servicios para la ejecución de operaciones de conservación y explotación en la Red de Carreteras del Estado persigue ofrecer un servicio integral de movilidad al usuario, mejorar el estado de la carretera y red, y optimizar los recursos públicos”. Añade que “a través de ellos se realizan trabajos de ayuda a la vialidad y conservación ordinaria de las carreteras, para permitir que la carretera y sus elementos funcionales dispongan de las mejores condiciones de vialidad y seguridad posibles, incluyendo actuaciones como: vigilancia y atención accidentes e incidentes, vialidad invernal, servicio de control de túneles y comunicaciones, mantenimiento de instalaciones, establecimiento de inventarios y reconocimiento del estado de la vía, agenda de información de estado y programación, ayuda a explotación y estudios de seguridad vial, y mantenimiento de los elementos de la carretera con adecuados niveles de calidad”.

“Además, en algunos contratos se incorporan proyectos específicos de pequeñas obras necesarias para mejorar la funcionalidad de la vía. En este sector se incorporan los siguientes proyectos: Refuerzo de firmes en la carretera nacional N-541, entre los kilómetros 66,400 y 72;- Mejora de los sistemas de contención en la misma carretera entre los kilómetros 55,7 y 63,4 en tramos aislados. Con este nuevo modelo se refuerza la orientación hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con los que está comprometido el ministerio”, concluye.

El anterior contrato de mantenimiento de las carreteras estatales en la ciudad se licitó en 2015, pero tuvo repetirse en 2016 y no se formalizó la adjudicación hasta 2018, por unos siete millones de euros, una cantidad menos de la mitad que el actual. Aquella licitación afectaba a una red viaria similar, pero sin incluir la A-57 y algunas actuaciones que ahora sí se contemplan.

Más de seis años de obras y sin avances en los demás tramos

La autovía A-57-circunvalación de Pontevedra transita a ritmo muy lento. Al retraso de las obras del único tramo en ejecución, el de Vilaboa hasta Marcón, que a principios de este 2022 cumplió seis años de obras, se une la demorada tramitación del resto de proyectos pendientes, destinados a prolongar este vial hacia el Norte, hasta conectar con la AP-9 en Curro (Barro). Los únicos seis kilómetros en ejecución se ha encontrado con diversos obstáculos como la crisis de suministros y otros factores. Hace unos meses, el propio Gobierno central admitía que “en la ejecución de las obras han surgido diversas incidencias. Ha sido necesaria la realización de nuevos trámites expropiatorios y resolver numerosas interferencias con servicios afectados de abastecimiento a particulares, así como a líneas telefónicas y eléctricas, entre las que se puede destacar la afección a la línea de alta tensión de Ponte Sampaio a Lourizán propiedad de Ence y cuya reposición ha debido ser cuidadosamente programada y coordinada con la dirección de este empresa a efectos de no alterar el funcionamiento normal de la planta”. El recorrido A Ermida-Pilarteiros, de unos 6.000 metros, todavía no dispone siquiera de esa luz verde del Ministerio para la Transición Ecológica, que recibió la documentación en enero de 2020. En el caso de Pilarteiros-Curro, de 10 kilómetros, e l Ministerio de Transportes solicitó en mayo esa prórroga de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) aprobada en junio de 2017. En una resolución firmada el pasado 19 de agosto pero aún pendiente de su publicación en el Boletín Oficial del Estado, se amplía la vigencia del documento hasta el 7 de julio de 2023. Sin embargo, hay pocas esperanzas de vaya a ejecutarse a medio plazo un proyecto global (toda la A-57-circunvalación) que acumula ya décadas de tramitación. 

 

https://www.farodevigo.es/pontevedra/2022/06/06/57-figura-vez-primera-plan-66941487.html

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