La feria de Barro se celebró a pesar de la orden municipal de suspensión

Una treintena de vendedores instalaron sus puestos sin ningún problema

Una treintena de vendedores ambulantes instaló ayer, sin ningún tipo de problema o de advertencia, sus puestos en la feria de Barro a pesar de la existencia de un acuerdo municipal que dejaba en suspenso el mercadillo desde el 15 de septiembre y hasta que se resuelva un nuevo concurso público para la explotación de esta actividad. El Concello rescindió el contrato con la empresa organizadora tras unas sucesión de incumplimientos y sumar una deuda de más de 60.000 euros.
La Asociación de empresarios y comerciantes ambulantes de Galicia había advertido de que iban a celebrar la feria y que estarían allí con un notario y un asesor jurídico por si eran desalojados, "un desalojo forzoso que tiene que venir del Juzgado no del Concello" advertían.
Sin embargo "ninguna autoridad se presentó en la feria" y "nadie los molestó", según denunciaba ayer mismo el portavoz municipal del PSOE de Barro, que considera lo sucedido "una clara ofensa a los vecinos" puesto que "se hizo caso omiso a la rescisión del contrato acordada por el pleno del Concello" y sin ninguna consecuencia. Por este motivo el grupo socialista exigirá hoy explicaciones al alcalde, el popular José Antonio Landín Eirín.
Consultas
También hoy se pondrán en contacto con el cuartel de la Guardia Civil de Caldas y con la Subdelegación del Gobierno "para informarnos de si tenían algún comunicado sobre la situación del mercadillo de Barro y de las posibles consecuencias y previsiones de un hipotético desalojo", explica el portavoz municipal del PSOE, José Sanmartín.

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