Precios fuera de mercado y pocas alternativas de financiación mantienen desérticos miles de metros en O Salnés
Al calor del Plan Galicia, aquel que iba a
resarcirnos de la negra sombra del Prestige, Arousa alumbró dos
polígonos industriales. Uno más modesto en Abalo (Catoira), y otro
grande y poderoso en Baión (Vilanova). Cuando ambos no eran más que unos
trazos dibujados sobre el papel, muchas empresas mostraron su interés
por hacerse un hueco en esos recintos prometidos. Deslumbrado por tanta
demanda, el entonces presidente de la Cámara de Comercio de Vilagarcía,
Carlos Oubiña, pedía a la Xunta que cambiase sus planes y ampliase,
hasta llegar al millón de metros, el polígono vilanovés. Su petición
cayó en saco roto. A veces, que la Administración funcione lentamente
es una ventaja. Y este es uno de esos casos: la crisis llegó antes de
que se tomase una decisión, sepultó todas las buenas intenciones y
frustró un sinfín de planes de crecimiento y expansión empresarial. Así
que, diez años después, buena parte de los 142.000 metros habilitados en
Baión para acoger empresas siguen vacíos. Criando toxos.
«Se vendieron las parcelas de Soaga y para de
contar», dice Gonzalo Durán. El alcalde de Vilanova (PP) tiene en Baión
una de sus grandes frustraciones. Ver el polígono vacío no hace más que
alimentar una sensación de derrotismo que parece alcanzar, incluso, a
los propios responsables de la gestión de ese suelo industrial. La
página web de la empresa mixta formada por Xunta y Estado para tal fin
parece, efectivamente, hablar de cierto cansancio: lleva meses sin ser
actualizada. Y sobre los polígonos de Baión y Catoira sigue el anuncio
de bonificaciones del 10 al 15 % sobre el precio fijado para las
parcelas. Esas bonificaciones no son suficientes. Pese a ellas, dice
Gonzalo Durán y lo ratifican varios empresarios, los precios siguen
estando muy por encima de la realidad del mercado. «El principal
problema que hay en estos momentos es la financiación. SEA tendría que
ser ella quien financiase la compra de parcelas, buscando fórmulas como
el alquiler con opción de compra que permitiría capitalizar al Estado y
mover un terreno que está vacío», señala el regidor vilanovés en tono
agrio.
En el polígono de Barro-Meis, la Diputación ya
está ensayando esa vía, y ofrece a los posibles compradores facilidades
de pago, fraccionándolo a cinco años.
Redimensionando los espacios
Los empresarios de O Pousadoiro llevaban años
advirtiéndolo: las parcelas que aún quedan vacantes en este espacio (una
de diez mil metros, dos más de cinco mil) eran demasiado grandes. Por
eso pedían tanto al Concello como a la Xunta que revisasen el puzle y
permitiesen la subdivisión de esas parcelas para adaptarlas a las
necesidades de un mercado en el que solo se mueven las pequeñas y
medianas empresas. «Parece que nos están haciendo caso», explica,
satisfecho, Joaquín Santamaría, el presidente de los empresarios. Además
de redimensionar las parcelas vacías, se está estudiando modificar los
usos autorizados en el polígono para poder acoger instalaciones
deportivas y de formación.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/arousa/2013/11/10/venta-parcelas-lleva-anos-parada-grandes-reservas-suelo-industrial-redimensionando-espacios/0003_201311A10C2992.htm
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