La actualización por parte de la Dirección General de
Tráfico de los tramos de carretera convencional con especial
peligrosidad mantiene a la PO-531, entre los puntos kilométricos 6 y
18.5, entre las vías de comunicación de la comarca de Pontevedra con
mayor riesgo circulatorio. Esta catalogación abarca, entre otros puntos,
la denominada curva de Curro, en el municipio de Barro.
Tal circunstancia contrasta con el hecho de que, este
verano, la Xunta de Galicia hubiese incrementado el límite de velocidad
de 70 a 80 kilómetros por hora. Las fuentes consultadas precisaron que,
dadas las condiciones de esta carretera, la velocidad genérica tendría
que ser de noventa, si bien, en el pasado, se consideró más adecuado
situarla diez kilómetros por debajo de esta cifra.
En noviembre del 2014, y tras una sucesión de
accidentes, la Xunta aceptó reducirla a setenta, delimitación que no
llegó a mantenerse ni un año. Y es que hace escasos meses la
Administración autonómica decidió volverla a situar en ochenta, límite
que estaba establecido cuando este fin de semana se produjo una colisión
entre dos vehículos con el fallecimiento de uno de sus ocupantes.
Este siniestro volvió a sacar a la palestra las
críticas de los usuarios de esta carretera, pero también de los vecinos
que conviven con ella a diario. Coinciden en que es preciso reducir el
límite -hay quien aboga, incluso, por situarlo por debajo de setenta- y
establecer algún tipo de medida de calmado del tráfico. Entre estas
voces se sitúa la de Andrea Cores, una vilagarciana que hace poco más de
un año sufrió un brutal accidente que la mantuvo tres días en coma y
que le ha dejado secuelas de por vida.
Según señalaron en su día desde la Xunta, los
análisis practicados el año pasado pusieron de manifiesto la correcta
resistencia del asfalto frente al deslizamiento. De hecho, aseguraron
que se obtuvieron índices por encima de los que marca la normativa.
Vigilancia con radares
En cualquier caso, el hecho de que la DGT mantenga la
catalogación para la PO-531 conllevará una intensificación de «la
vigilancia con radares móviles». Asimismo, se integra dentro del Plan
Integral de Vigilancia, que consiste, según pusieron de manifiesto desde
este organismo, «en que cuando un conductor es detectado cometiendo una
infracción de exceso de velocidad es parado e identificado y los
agentes de la Agrupación de Tráfico también le realizarán, si lo
consideran necesario, las pruebas de detección de alcohol y drogas, así
como una revisión de la documentación, para comprobar que tanto el
permiso para conducir, ITV y seguro del vehículo se encuentran en
regla».
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/pontevedra/2015/10/09/dgt-mantiene-curva-curro-tramos-especial-peligrosidad/0003_201510P9C6991.htm?piano_t=1
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