Conservación de carreteras aplicó ayer una nueva capa de asfalto para mejorar la adherencia en esta zona de la PO-531 en la que hace tres semanas se produjo el último accidente mortal
El último accidente mortal ocurrido hace menos de
tres semanas en la curva de Curro ha reactivado las actuaciones para
mejorar la seguridad vial de la PO-531 entre los puntos kilométricos 6 y
18,5 a su paso por el municipio de Barro. Operarios de conservación de
carreteras iniciaron ayer los trabajos de asfaltado en esta zona con el
objetivo de mejorar la adherencia del firme después de la movilización
de vecinos y conductores que achacan los numerosos siniestros a los
defectos del vial.
Los trabajos se llevaron a cabo entre los puntos
kilométricos 8,2 y 8,6, en el mismo lugar en el que en la noche del
pasado domingo 4 de octubre se produjo una colisión frontal entre dos
turismos que dejó heridos de diversa consideración a tres ocupantes, uno
de los cuales acabó falleciendo dos días después a causa de las
lesiones sufridas por el impacto. Explican desde la Consellería de
Infraestructuras que el pavimento de este tramo fue perdiendo su calidad
por la acción del tráfico y los agentes atmosféricos, por lo que era
necesario actuar para mejorar la adherencia en esta vía.
No solo el estado del asfalto motivó las protestas, a
través de las redes sociales, de los usuarios de esta carretera
autonómica tras el enésimo accidente ocurrido en la misma zona. Muchas
voces señalan directamente a un defecto en el diseño de la calzada al
asegurar que está mal peraltada, una tesis desmentida hace casi un año
por la consellería que, tras una oleada de cuatro accidentes en un fin
de semana, elaboró un informe en el que descartaban cualquier tipo de
relación entre el estado del firme con los accidentes ocurridos.
La
velocidad máxima permitida es otro apartado en el que los usuarios
exigen una intervención inmediata. Actualmente y por motivos de
seguridad, se permite circular a un máximo de 80 kilómetros por hora por
este tramo, aunque la norma general para este tipo de vías recoge un
máximo de 90 kilómetros por hora. Sin embargo, el enfado de los
conductores se debe a la decisión unilateral tomada por la Xunta de
elevar, un mes antes del fatídico suceso, nuevamente la velocidad máxima
a 80 kilómetros por hora cuando en noviembre del 2014 se había decidido
reducir a 70 kilómetros por hora para mitigar las probabilidades de
accidente y las consecuencias de los mismos.
Los problemas de seguridad vial de este tramo de la
PO-531 y a raíz de la última colisión mortal, han motivado la decisión
de la jefatura provincial de Tráfico de intensificar los controles en la
curva de Curro. El tramo ya está incluido en el listado de puntos
negros de la red de carreteras, pero a partir de ahora habrá más
controles de velocidad, alcohol, drogas y estado de los vehículos.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/2015/10/23/seguridad-polemica-curva-curro/0003_201510P23C1991.htm
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