El último accidente mortal reabre el debate sobre la necesidad de ejecutar la paralizada reforma de la PO-531 - Urgen una nueva rotonda en la entrada al polígono de Sequeiro
Los vecinos de la parroquia de Curro, en Barro, se han sumado a las voces de las víctimas de accidentes de tráfico en la PO-531 que exigen actuaciones de mejora de la seguridad vial en esta carretera, especialmente en la ya tristemente conocida como "curva de Curro", en el lugar en el que se ubica una gasolinera y un conocido restaurante, "El abuelo Pintos".
El presidente de la Plataforma de la PO-531, Manuel Corredoira, urgió ayer a la Xunta a ejecutar cuanto antes el proyecto de reforma de la carretera que está paralizado desde hace años debido a la crisis económica o cuando menos a actuar en esa zona en concreto "antes de que ocurra una desgracia".
Corredoira señaló que ya en la reunión que se celebró el pasado 18 de septiembre en Pontevedra solicitó al jefe territorial de Infraestructuras, José Luis Díez, este tipo de medidas de seguridad vial en esta carretera. No obstante, el presidente de la Plataforma considera que el último accidente ocurrido el pasado domingo, que costó al vida a una persona y dejó heridas a otras cuatro, es una muestra más de que las reformas no pueden esperar, especialmente en este tramo. "Somos muchos los vecinos de Barro, por no decir todos, los que acudimos a esa gasolinera a repostar combustible y cualquier día nos van a llevar por delante", afirmaba ayer.
Corredoira reconoció que la oleada de accidentes que se produjeron en otoño del pasado año (incluido el de una joven de Vilagarcía que sufre secuelas permanentes y que ayer también reclamaba más seguridad para este tramo) ya obligaron a la Xunta a mejorar el asfalto y a reducir la velocidad de los 90 kilómetros por ahora, a los 80 en los que está limitada actualmente. No obstante Corredoira señaló que ya anteriormente el límite era de 70 kilómetros por hora y que, aún así "los días de lluvia se siguen produciendo accidentes dado que no hay quien controle los coches".
Corredoira explica que el radar de la DGT que funcionaba varios metros antes podría ayudar a reducir la velocidad a la que los coches se aproximan a ese tramo, pero considera que tampoco es la solución, dado que no impide que los vehículo reduzcan la velocidad con la que llegan a esta curva aunque se les imponga la sanción. Por este motivo, exigen medidas reductoras de la velocidad o de calmado de tráfico.
Para los vecinos de Curro una medida más que efectiva sería la construcción de algunos de los elementos que ya incluye el proyecto de reforma de la PO-531 (ya redactado, cabe recordar, pero guardado en un cajón por las dificultades económicas de los últimos años) como sería en este caso la construcción de una rotonda en el entronque de la PO-531 con la carretera de entrada al polígono industrial de Sequeiro, es decir, apenas unos cien o doscientos metros antes de la peligrosa curva.
Reunión en septiembre
Así se lo trasladaron a la Xunta en su última reunión de septiembre, al igual que la necesidad de acometer el paso inferior para peatones que se prevé en el lugar de Bretoña, también muy cerca de esta curva. Si la ejecución del proyecto de mejora de esta carretera (una de las más saturadas de la red autonómica al comunicar Pontevedra con Vilagarcía) no es posible, reclaman al menos que se lleven a cabo estas reformas que "no pueden esperar más", señala Corredoira a la vista de los últimos accidentes.
De hecho, en próximas reuniones analizarán las medidas que toman para reclamar la ejecución de estas mejoras que "tienen que hacer sí o sí", sin descartar poder llevar a cabo nuevas movilizaciones, como las que se realizaron en su día contra el bipartito para exigir la modificación del proyecto que convertía el vial en una especie de autovía.
http://www.farodevigo.es/portada-pontevedra/2015/10/09/vecinos-piden-seguridad-curva-curro/1328520.html
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