La provincia de Pontevedra tiene un censo de 65.930 trabajadores por cuenta propia
Una media de 30 altas cada 24 horas. Ese es el
ritmo que marcan los autónomos de la provincia. Pero, ¿son realmente
nuevas empresas que se crean en Pontevedra? La Federación de Autónomos
de Galicia (Feaga) asegura que detrás de estas altas no solo hay nuevos
profesionales, sino muchos trabajadores asalariados cuya empresa les
exige darse de alta en el régimen de autónomos para ahorrarse la
Seguridad Social del empleado. En el último año se han registrado
11.155. El presidente de la federación gallega, Francisco Javier Pérez,
advierte de que el 10 % de ellos lo hacen bajo la presión de sus jefes.
«Sí, en realidad hay muchas altas y muchas bajas,
pero hay personas que cuando se quedan sin recursos buscan hacer algo
dentro de la legalidad y la de hacerse autónomos es una de las
opciones», señala Pérez Bello. El coste de la Seguridad Social es de 250
euros al mes, además de los gastos que pueda tener gestionar una
empresa.
El particular que se dé de alta como autónomo
dependiente -lo hacen bajo el mismo régimen que el autónomo
tradicional-, tiene que facturar al menos el 75 % a la misma empresa.
«La diferencia entre ambos es que uno se haya dado de alta
voluntariamente y otro que lo haya hecho por decisión de una empresa»,
indica Francisco Javier Pérez, que considera que este tipo de
profesionales son una especie de subcontratas.
Desde la Federación de Profesionales Autónomos
(OAP) van más allá y reconocen que los falsos autónomos «es un arma que
vieron las empresas para externalizar servicios sin coste alguno»,
indica su presidente, José Conde, que exige que se equiparen las
coberturas de los profesionales del régimen general al de los autónomos.
No tienen las mismas condiciones en las prestaciones por desempleo,
como en el cobro durante el período de baja médica. Pese a este
incremento de falsos autónomos en la provincia, los profesionales del
mismo reconocen que están en reconversión. En los últimos meses
afloraron altas en el sector financiero, en profesiones sanitarias o
educativas. «Se aprecia una pequeña reconversión, nuevos yacimientos de
empleo, pero todavía no se pueden cuantificar porque son cifras muy
pequeñas», señala Pérez Bello.
El 60 % de ellas son trabajadores en solitario y
entre un 15 % y un 20 % de autónomos tienen un empleado a su cargo. El
20 % restante se consideran ya micropymes, con una media de cinco
empleados en nómina. «La situación en los nuevos profesionales es de
autoempleo puro y duro», puntualiza Francisco Javier Pérez Bello.
Un balance negativo
A pesar de que cada día se registran una media de
treinta nuevos autónomos, el balance global sigue siendo negativo. El
censo de autónomos en la provincia es de 65.930 a diciembre del 2012,
1.072 menos que cuando arrancó el año. La caída de sectores
tradicionales como la construcción o el comercio soporta el desplome de
estos profesionales en la provincia. «En la construcción se perdieron
tres mil autónomos, mientras que en sanidad crecieron en cuatro mil»,
indica Francisco Javier Pérez, que solo salva al sector hostelero, con
un pequeño repunte del 13 % en el último año.
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