La explosión musical en la comarca ha sido tan grande
que hasta los alcaldes tienen grupos ensayando en su casa. Podría sonar
a chiste pero en Perdecanai, Barro, Xosé ManuelAbraldes acoge en su
morada a dos grupo pontevedreses. Skirl y ¡Qué Desilusión! Cierto es que
su hijo figura como miembro de ambas formaciones pero, hasta el
momento, parece ser el único regidor de la comarca con música programada
habitualmente dentro de su domicilio.
«Non sei se son o único alcalde da zona con grupos
ensaiando na súa propia casa pero é algo que está ben. Axudar ao teu
fillo e aos seus amigos a que poidan ter un lugar onde facer a súa
música, é sempre positivo», comenta Abraldes cuando se le pregunta cómo
llegó a acoger a las dos bandas pontevedresas. «Sempre me gustou apostar
por xente que fai cousas propias, neste caso, unha actividade musical».
La música que sale del local se escucha en la parcela
donde reside, aunque el regidor comenta que nunca le ha molestado
demasiado el ruido. «Vivimos noutros tempos. Fai anos se unha banda se
puxera a tocar no medio dunha aldea seguro que chamaba moito a atención e
os veciños sairían ver que pasaba». Lo cierto es que a los habitantes
de la zona parece que nunca les ha sorprendido lo más mínimo el hecho de
madrugar, a veces en fin de semana, con una batería retumbando a
escasos 500 metros de la iglesia de Perdecanai. «Sempre tocan nun
horario diurno e non terían porque molestar a ninguén. Meus pais viven
connosco e xa son maiores e, á marxe de que sexa o seu neto quen ensaia,
nunca dixeron nin unha soa cousa negativa ao respecto. É máis, están
encantados de ver movemento pola casa». Trabajar el huerto y escuchar a
Nirvana de fondo es, sin duda, una fusión de lo urbanita y lo rural.
Incluso Pinto, el perro guardián de la casa, parece encantado de recibir
las ruidosas visitas.
El local es una antigua bodega ahora reformada.
Espacio para la batería, los amplificadores, los miembros del grupo que
ensayen y poco más. Por las paredes cuelgan carteles de festivales donde
han actuado y recortes de prensa local a modo de recuerdo. Desde The
Brew a Led Zeppelin, pasando por Barricada y Pantera observan sus
ensayos. Unas gruesas paredes de piedra y un pequeño ventanuco con un
cenicero apoyado en su repisa configuran lo que queda de local.
«Decidimos reformar a bodega porque non a usabamos. Que mellor maneira
que esta», continúa Abraldes. «Fixémolo en pouco tempo pero quedou
bastante ben. Puxemos un suelo con tarima flotante e aislamos unha das
paredes para que non escapara moito son cara fóra. Tamén lle instalamos
unha porta nova e puxemos planchas no teito».
El alcalde nunca tocó ningún instrumento. Dice que no
es por ahí por donde le salió el gusanillo de la música a su hijo. No
le digusta escucharla, eso sí. «Na miña xuventude escoitaba un pouco de
todo. Queen, Pink Floyd... Tamén a música disco da época». Rememorando
el rock español salen nombres como Triana y su rock andaluz. «Debo
recoñecer que nunca fun un seguidor coma tal de ningún grupo en
concreto, pero si, interesábame a música e segueo a facer, claro».
Uno de los problemas que suelen encontrarse
habitualmente los grupos es encontrar un lugar donde poder ejercer su
pasión. Las bandas pontevedresas hicieron el peregrinaje de ensayo casi
cliché de las nuevas generaciones de músicos locales. Pasaron por el
Local de Ensaio del Concello, les siguieron las salas privadas de Litium
y ahora tienen su propio lugar de composición y «recogimiento», como
definen ellos.
Después de un par de años en Perdecanai, su casero
parece haberse aprendido ya algunas canciones. «Bueno, van soando»,
comenta entre risas, «mais que saber que están dicindo ou concretar as
letras, vexo como foron mellorando, tocando cada vez máis fino e mellor,
avanzando nese sentido. Iso é do que se trataba cando viñeron para aquí
e creo que o foron conseguindo».
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/musica/2016/01/02/alcalde-convive-dos-grupos-rockalcalde-barro/0003_201601A2C8991.htm
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