Coaliciones con hasta cuatro partidos, muchos de nuevo cuño, se pondrán a prueba con un horizonte corto por las siguientes citas electorales generales y autonómicas
Transcurridas las primeras horas de las nuevas
corporaciones locales constituidas ayer y con los alcaldes ya electos y
posesionados, la principal novedad que se destilará a continuación serán
los acuerdos a dos, tres y hasta cuatro bandas para sostener los
gobiernos municipales que se estrenan.
En el área de Pontevedra y comarcas adyacentes,
tendremos de todo: bipartitos ya clásicos salvo alguna excepción;
también tripartitos y hasta cuatripartitos como el que se ha organizado
en Sanxenxo para arrinconar a Telmo Martín a la oposición. En términos
generales son, por tanto, acuerdos que se articulan como alternativa y
freno a la continuidad de alcaldes del Partido Popular.
Al respecto, dos cuestiones fundamentales:
1) El resultado electoral es la expresión de la
ciudadanía. Parecería de Perogrullo tener que reivindicarlo pero la
cantidad de análisis viciados que se escuchan y leen sobre la supuesta
traición que los pactos supondrían a la voluntad popular expresada en
las urnas, requiere recordarlo.
A ver: si los electores deciden así, es que no han
querido otorgar mayorías absolutas y mandan que se puedan negociar
acuerdos poselectorales. No hay nada ilícito mientras la ley electoral
sea la que es.
2) El PP culpabiliza a otros partidos de sus propios
errores. Quienes pierden la mayoría absoluta en diversos concellos y, de
paso en la Diputación, fueron Perfecto Rodríguez, José Antonio Landín
Eirín, Antonio Pena, Salvador González Solla, Luis Aragunde, Salomé
Peña, Telmo Martín y otros, así como el propio Rafael Louzán. Que se
cuestionen qué hicieron para no merecer el refrendo de los electores.
Camuflarse en que fueron listas más votadas y en la condición de
ganadores morales, es el recurso del pataleo.
Nuevo paisaje
Después de un sábado histórico, hoy, en el primer día
de los nuevos ayuntamientos, el paisaje que tenemos ante nosotros es
muy novedoso. Si miramos hacia Sanxenxo, Cambados, Cuntis, Ponte
Caldelas, Tui, Ribadumia, entre otros, vemos que se estrenan
experimentos de coaliciones de gobierno. Algunas resultan auténticos
pactos probeta que deberán probarse y acreditar su solvencia en apenas
seis meses hasta que entremos en la siguiente espiral de campaña y
comicios, las generales de noviembre.
Si en España y en Galicia se ha producido un cambio
político profundo después del 24-M, la provincia de Pontevedra no es una
excepción. Se acredita en la caída de alcaldes históricos del PP en
feudos que el centro-derecha ha controlado desde hace 36 años del mismo
modo que pasaba en la Diputación.
Es verdad que a diferencia de otra provincia como la
coruñesa, donde las mareas han tomado un protagonismo excepcional en las
tres principales urbes, en la pontevedresa las candidaturas de unidad
popular tienen un rango inferior. No obstante esa cuota de participación
en coaliciones de gobierno será mirada con lupa cuando toque en seis
meses revalidar la confianza del electorado y Podemos (entonces ya con
la marca principal) persiga el asalto a La Moncloa.
En cambio, en nuestra provincia hay una singularidad
que vamos a tener que observar en estos cuatro años de gobiernos
municipales de nuevas coaliciones.
¿Cuál será la evolución de candidaturas independientes cuya posible deriva marcará acontecimientos?
¿Qué va a ser de agrupaciones como AVP de Ponte
Caldelas; SAL de Sanxenxo; Veciñanza de Cuntis y otras similares que han
resultado cruciales para cambiar el signo políticos de sus respectivos
concellos?
Cabe aguardar multiplicidad de escenarios posibles:
desde que terminen absorbidos por partidos de mayor entidad (muchos de
ellos nacieron de escisiones); que algunos se abracen a Podemos e
incluso que haya alguna morrocotuda sorpresa. Los rumores sobre un
posible tamayazo están ahí.
Modelo clásico
Frente a los nuevos pactos probeta, también tenemos
reedición de lo que podríamos definir como el modelo clásico: acuerdos
BNG-PSOE o a la inversa para sustentar alcaldes nacionalistas o
socialistas en concellos pontevedreses. En el caso del BNG pontevedrés,
acreditando que es más rentable políticamente para los nacionalistas ser
parte de los gobiernos que mantenerse al margen pues el coste final
puede ser la desaparición (véase Vigo).
Poio es el caso más paradigmático con la renovación
del acuerdo entre Luciano Sobral y Consuelo Besada. Vilaboa también
repite patrón para sustento del gabinete que de nuevo preside José Luis
Poceiro. Y Barro resulta el escenario más novedoso con el acuerdo que
respaldará al nuevo regidor, Abraldes.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/sanxenxo/2015/06/14/mandato-pactos-probeta/0003_201506P14C16991.htm
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