Más de un tercio del valor añadido bruto procede del sector público - Comercio, transporte y hostelerías, junto a los servicios profesionales, son las otras actividades más fuertes - Destaca la especialización en el sector forestal
La economía de la ciudad de Pontevedra y su comarca depende de manera excesiva del sector servicios y, en especial, de la administración pública. Una comarca en la que, además, la industria apenas tiene presencia y en el que el sector primario está prácticamente desaparecido.
Esta radiografía de la estructura del tejido empresarial del área de Pontevedra era más o menos conocida, pero el diagnóstico es todavía más fiable después de que el Instituto Galego de Estatística haya publicado en su web el primer estudio sobre el impacto que cada municipio y comarca de Galicia tienen sobre el Producto Interior Bruto (PIB) de la comunidad autónoma.
El estudio del IGE señala a Vigo como el motor económico de Galicia, al aportar un total de 7.400 millones de euros al PIB de Galicia, un 14% más que A Coruña que ocupa el segundo lugar. En este ranking Pontevedra se sitúa en el vagón de cola de las grandes ciudades gallegas, ya que Santiago, Ourense y Lugo cuentan, por este orden, con un mayor peso económico que la ciudad del Lérez. Esta ocupa la séptima posición todavía por detrás de Arteixo y solo por encima de Ferrol. O Porriño y Narón son los concellos que aparecen a continuación en este ranking. Pontevedra aporta al producto interior bruto gallego 1.863 millones de euros (un 3,2% del total del PIB de la comunidad, que es de 56.612 millones euros). Sí que logra colocarse como uno de los 44 concellos que tienen un PIB por habitante superior a la media gallega que se sitúa en 20.415 euros por persona frente a los 23.616 de la ciudad del Lérez. En la comarca, solo A Lama y Sanxenxo (con 20.546 y 21.197 euros) tienen una aportación al PIB por habitante superior a la media de la comunidad autónoma.
Sector primario
Por sectores, los datos aportados por el Instituto Galego de Estatística ponen de manifiesto la escasa industrialización de la comarca de Pontevedra. Galicia es ya de por sí una comunidad en la que el peso de la industria es bastante limitado, de un 16,6% de valor añadido bruto con respecto al PIB, pero es que en el caso de Pontevedra este porcentaje cae todavía más hasta el 9,8%. La economía de la comarca (en este caso los ayuntamientos de A Lama, Campo Lameiro, Ponte Caldelas, Cotobade, Barro, Poio, Vilaboa y la propia capital) depende en un 68,4% del sector servicios (frente al 58,6% de Galicia) y el sector primario apenas tiene presencia en el entramado económico (con un 0,9% de valor añadido sobre el PIB, frente al 4,1 de media en la comunidad autónoma). La construcción se mantiene en parámetros similares ya que su peso es de un 11,8% en Pontevedra, frente al 11,7% de la comunidad autónoma.
Más en detalle, dentro de este 68,4% del sector servicios cabe destacar el enorme peso del funcionariado. Las administraciones públicas, la educación y la sanidad sustentan casi un tercio de la actividad económica de la comarca con un 31,1%. Una excesiva dependencia de un sector que en el conjunto de Galicia tiene un peso económico mucho menor, de un 21 por ciento.
Las actividades vinculadas a la información, servicios financieros, inmobiliarios u otro tipo de servicios profesionales suponen también un 18,8% del PIB de Pontevedra (un 18,2 en Galicia). El comercio, el transporte y la hostelería suponen un 18,5 del PIB de la comarca (un 19,4 en la comunidad autónoma).
En el área de Pontevedra es prácticamente inexistente la industria metalúrgica o de electrónica y maquinaria (un 0,7%), la fabricación de material de transporte o grandes reparaciones industriales (un 0,9%) o el resto de actividades industriales (un 0,7%). Existe una pequeña presencia de la industria agroalimentaria, con un 1,4%, y sí es destacable la actividad en el ámbito de la madera, papel y muebles (un 4,3% de peso, frente al 1,2% del conjunto de Galicia). Es por ello que este informe del IGE destaca la especialización de la comarca de Pontevedra en el sector forestal y del papel, señalándolo como uno de sus principales activos industriales.
De la comarca de Caldas, por ejemplo, subraya su vocación en cuanto a la industria agroalimentaria y de Marín la fabricación de material de transporte y grandes reparaciones industriales, pensando en sus astilleros.
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