Galicia, y concretamente Pontevedra, empezará a marcar las diferencias en la próxima edición de la Vuelta a España. Aquí se disputará el 29 de agosto la única crono individual de la ronda ciclista. Y no se trata de una contrarreloj tradicional, al incluirse en el trazado un puerto de montaña de tercera categoría.
El gran protagonista de la cita será el Monte Castrove, una montaña que comparten los municipios de Poio, Meis, Barro y Pontevedra. La salida de etapa estará en Cambados y la línea de meta se fijará en el entorno de la plaza de España y Montero Ríos de Pontevedra.
El céntrico entorno pontevedrés recoge el testigo de la avenida de Lugo, lugar donde finalizó la etapa en esprint el año pasado. Sin embargo, la Vuelta 2012 podría rematar en la explanada ubicada a pie de la Alameda al tratarse de una crono, puesto que los corredores completarán el tramo de uno en uno.
Pendientes
Para cubrir los 40 kilómetros de recorrido, los ciclistas deberán pedalear con fuerza en pleno verano para ascender al alto de Monte Castrove, una cima ubicada a 490 metros sobre el nivel de las aguas de la ría de Pontevedra. Allí, los tres mejores tiempos en el paso del puerto puntuarán de cara a la clasificación de la montaña.
La ronda es muy técnica, especialmente en la bajada, al tratarse de un tramo muy rápido y poblado de curvas que recorren las laderas del monte. Habrá que afrontar pendientes de tres kilómetros de largo con una media de un 7 % de desnivel. El ascenso comienza en el kilómetro 14 de la etapa y alcanza el alto en el 23,2. La crono -con una salida inédita de la Vuelta en Cambados - marcará el inicio de la segunda parte de la carrera, una ronda distribuida en 21 etapas con inicio en Pamplona y el tradicional cierre en Madrid.
Monte de San Antonio
La caravana alcanzará las Rías Baixas una vez finalice la etapa Andorra-Barcelona. La jornada de descanso se producirá el 27 de agosto, y el 28 se pondrá en marcha la primera etapa gallega con un trazado propicio para corredores rápidos. Los ciclistas partirán de Ponteareas para concluir el recorrido en Sanxenxo. En los 166,4 kilómetros de trazado, el único tramo con dificultad es la subida al alto de San Antonio, una montaña con un pico a 414 metros sobre el nivel del mar. Es también un puerto de tercera categoría.
Sanxenxo se estrena como final de etapa de la Vuelta, y el diseño facilitaría alguna escapada, pero serán ataques que se verán con toda probabilidad neutralizados por el pelotón. Los corredores pasarán por Marín, Pontevedra y Poio.
Y después de la contrarreloj, los ciclistas enfilarán desde Vilagarcía la subida al Mirador de Ézaro, en la localidad coruñesa de Dumbría. El municipio arousano también debuta como punto de partida de una etapa. El pelotón pasará por Caldas y Cuntis antes de dirigirse hacia tierras coruñesas. A los profesionales del pedal les aguardan más dificultades en Los Ancares y en Lagos de Covadonga antes de alcanzar Asturias.
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