Estamos ante un alcalde especial. No lo digo yo, lo dice el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que el viernes acudió a la inauguración del consistorio de Barro y protagonizó unos cuantos momentos jocosos junto con José Antonio Landín, ya saben, ese al que los de La Sexta bautizaron como Blandín hace una semana. El primero de los momentitos no sé si le haría gracia al «amigo Alberto», como le llamó Landín, puesto que el regidor aprovechó para echar la vista atrás y agradecer las inversiones recibidas por la Xunta en los últimos años, como es protocolario, y también agradeció las ‘no recibidas’ como la construcción del agresivo proyecto de la carretera de Alba a Curro. Eso sí, apostilló, ahora que el proyecto está modificado, va siendo hora de que se ejecute. El alcalde lo pidió con educación, pero con insistencia, hasta el punto de reconocer que se estaba poniendo «pesado». El presidente cogió el guante con elegancia, pero no se cortó, y, al término de su discurso dijo que Landín era «un alcalde especial, porque é médico. E os médicos dan as peores e as mellores noticias, non coma os políticos, que as damos malas ou menos malas». El alcalde sonrió ante sus convecinos, hasta que Feijóo le preguntó «cónstame que é un bó médico: traumatólogo, ¿non?». El alcalde contestó: «era cirurxán, pero xubiláchesme», provocando la carcajada general e insinuando que, si por él fuese, seguiría dándole al bisturí con gusto. El acto fue festivo y alegre, pese al intercambio accidentado de piropos, y en él se pudo ver al alcalde de Cotobade,
Jorge Cubela, que incluso se quedó a los pinchos, y eso que era el día de su cumpleaños. 26 años. ¡Menudo chavalito! . También estaban el alcalde de Meis, José Luis Pérez Estévez, muy elegante; el de
Portas, Roberto Vázquez, y la de Moraña, mi querida Luisa Piñeiro, que llegó algo tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario