Diputación y concellos, víctimas de la acción de los amigos de lo ajeno
En la madrugada del 5 al 6 de noviembre, los
ladrones de cobre sustrajeron 380 metros de cable telefónico en A
Estrada. En días anteriores hicieron lo mismo en Cuntis, donde se
llevaron 180 metros, o Moraña, donde esta cantidad prácticamente se
duplicó. Y es que es rara la semana en la que los responsables de Telefónica no tienen que acudir a un puesto de la Guardia Civil para interponer una denuncia.
El problema ya no solo se limita a que este tipo
de sucesos, junto con las sustracciones de toda clase de piezas de
metal, parezca que estén incrementándose en la comarca, sino que llevan
aparejados gastos de miles de euros en la restitución del servicio. Así,
en el caso de los 380 metros de cableado robado en A Estrada, valorados
en siete mil euros, los costes de restablecimiento del servicio
ascendieron a cerca de diez mil euros. Por su parte, los 180 metros
robados en Magán (Cuntis), tasados en 3.000, conllevaron cuatro mil
euros de gastos para normalizar el servicio, mientras que en Moraña el
perjuicio económico que se le ocasionó a Telefónica fue cuantificado en
cerca de seis mil euros.
Se trata de unos gastos a los que, por otra
parte, no están ajenas las Administraciones públicas. Así, cada vez son
más los concellos pontevedreses que han sido escenario de robos de
piezas de metal de toda índole. Si hace escasos días en Marín reconocían
que algunas tapas de alcantarillas tuvieron que ser soldadas para
disuadir a unos ladrones que hasta en cuatro ocasiones se las habían
llevado para casa, el viernes era el alcalde de Poio quien apuntaba que,
si bien recientemente no se habían dado casos, sí que habían constatado
sustracciones de arquetas y registros de sumideros.
Además, meses atrás, los ladrones se llevaron la
totalidad del alumbrado del campo de fútbol de Samieira y, en dos
ocasiones, hicieron lo propio con el cableado que surte de luz pública
el entorno de la Escola de Canteiros.
En este marco, la Diputación de Pontevedra
precisó ayer que este mismo viernes fueron cortadas las biondas de
seguridad de la carretera que une Insua con Chaín, en Ponte Caldelas. El
organismo provincial tuvo constancia de otros hechos similares en los
que los amigos de lo ajeno ven en los quitamiedos un dinero fácil
vendiendo el metal como si fuera chatarra.
Pero no solo las biondas fueron objetivo de los
cacos, ya que, aparentemente, son bastante habituales las sustracciones
de postes, señales, cableado de cobre y, claro está, herramientas. Así,
en el campo de fútbol de Cuntis desaparecieron señales, diverso material
y equipos, además de que en el polígono de Barro-Meis sustrajeron «parte da instalación de alumeados e fibras de cobre».
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