Cientos de pontevedreses llenaron ayer la basílica de Santa María
para dar el último adiós al exalcalde Joaquín Queizán Taboada, fallecido
a los 84 años en la madrugada del pasado sábado: políticos,
representantes de la cultura, el deporte, de organizaciones
profesionales etc pero también decenas de vecinos anónimos que quisieron
testimoniar su respeto a un referente de la política local durante más
de cinco décadas.
La vicepresidenta del Parlamento gallego, Pilar
Rojo, y el conselleiro de Presidencia en funciones, Alfonso Rueda,
encabezaron la nutrida representación política, en la que figuraron
nombres como el del diputado Telmo Martín, el exdelegado territorial de
la Xunta en Pontevedra, José Manuel Cores Tourís o el alcalde de Barro,
José Antonio Landín Eirín.
También ex concejales como Bernardo
López Abadín o el exalcalde de Vigo Manuel Pérez figuraron en la amplia
representación de la familia popular que se dio cita en la basílica.
Con
ellos, también representantes de la izquierda como el concejal
nacionalista Raimundo González Carballo quisieron testimoniar su pesar
por la desaparición de quien ocupó numerosos cargos de responsabilidad
política "y supo tras el franquismo adaptarse a los nuevos tiempos",
como recordaban ayer sus compañeros del Partido Popular, en el que
Joaquín Queizán militó durante años.
Y con los representantes
públicos, profesionales como el comisario de la Policía Autonómica José
Manuel Fernández, el jefe de voluntarios de Protección Civil Ramón
López, el exdecano de los procuradores José Portela Leirós, el
ginecólogo y vicepresidente del Colegio Médico de Pontevedra Isidro
Lago, el archivero municipal Enrique Sotelo Resurrección o el presidente
de la Federación Provincial de Comercio, Antonio Reguera.
El
copárroco de Santa María Calixto Cobo encabezó el oficio religioso, que
decenas de asistentes tuvieron que seguir de pie y, de hecho, iniciado
el funeral continuaban entrando personas que acudían para testimoniar su
respeto al fallecido y acompañar a la familia en la despedida.
No
pocos de ellos resumían su impresión sobre Joaquín Queizán en una sola
frase: "una buena persona" o mostraban su convencimiento de que fue "un
buen alcalde para Pontevedra". Los muchos que lo conocieron, insistían
además en que fue "amigo de sus amigos y siempre cariñoso", así como en
su gentileza.
Por su parte, la presidenta del parlamento gallego
destacó que "las muchas personas que están aquí dan una medida de lo
querido y apreciado que era; desde la bonhomía y el respeto, fue un
ejemplo en estos momentos tan difíciles ya que por encima de las
ideologías siempre supo respetar a todos".
Al igual que Pilar
Rojo, muchos de los asistentes al funeral recordaban que "Joaquín
Queizán, que siempre fue una persona de derechas, supo hacer y conservar
amigos también en la izquierda".
Así, casi todos destacaban
especialmente su "tolerancia" y su apuesta "por la democracia y la
libertad; a pesar de que durante el franquismo llegó a ocupar puestos
como el de alcalde de Pontevedra nunca tuvo nostalgia del anterior
régimen sino que por encima de todo defendió la tolerancia", recordaba
el presidente de los Amigos do Camiño Portugués y ex concejal Celestino
Lores.
martes, 27 de noviembre de 2012
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Un multitudinario adiós a Joaquín Queizán
XM de Voz de Barro
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