Con una pelea a bastonazos. Así acabó ayer la rapa de  Amil, en el municipio pontevedrés de Moraña. Un triste espectáculo que  puso fin a dos días de fiesta y tradición. Al parecer, la discrepancia  por la propiedad de un caballo motivó una discusión entre varios jóvenes  en las inmediaciones del curro. Pasaban de las siete y media de la  tarde. La cosa fue a más y acabó en un tumulto que se intentó resolver a  bastonazos.
Varias personas tuvieron que ser atendidas de  golpes en la cabeza. Los primeros auxilios los prestaron Protección  Civil y una ambulancia contratada por el Concello. Algunas de las  personas que intentaron mediar en la pelea también recibieron palos. Al  lugar acudieron la Guardia Civil y la Policía Autonómica. Los que  originaron la pelea no eran aloitadores ni miembros de la Asociación  Cabalar Monte Acibal, que organiza la rapa.
Al margen de la pelea, la lucha anual entre el  hombre y el caballo salvaje a punto estuvo de no celebrarse en Amil por  el conflicto que las asociaciones de ganaderos mantienen desde hace  meses con la Xunta por la obligatoriedad de implantar un microchip a los  animales.
Los miembros de Monte Acibal decidieron en junio  mantener esta exhibición etnográfica porque entienden que si se  suspendiera un año ya nada sería igual. Por eso no secundaron el boicot  de los compañeros de la sierra de A Groba. Y quizá por eso por fue más  reivindicativa y congregó a más público que otros años. «Faise por tradición e porque a xente quere facela e iso que hoxe en día custa máis poñer un chip que comprar un cabalo». Así lo resume Luis Calvo, el presidente del colectivo, quien en su día participó como aloitador.  La rapa de Amil, que hace dos años invirtió 260.000 euros en la mejora  de su curro, sigue en el calendario a la más internacional de Galicia,  la de Sabucedo (A Estrada).
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