La comarca de ayer volvió registrar una jornada  matutina marcada por los atascos. En esta ocasión, los mismos se  desplazaron a todo el entorno del nudo de Curro y su origen estaba en  las obras que se están realizando en este entorno, en concreto los  trabajos consistieron en el asfaltado de los tramos de carretera.
Desde la Consellería de Infraestructuras, tras  pedir disculpas por las molestias que se pudieran ocasionar a los  usuarios, recalcaron que se trata de una obra en ejecución en la que se  está tratando de agilizar los plazos para su remate. Por lo pronto, la  Administración autonómica sostiene que la misma estará concluida en las  fechas previstas inicialmente, esto es, a lo largo del próximo mes de  agosto.
Las actuales obras se están ejecutando en lo que  se considera que son ramales secundarios, todo vez que el tronco  principal de la autovía y su conexión con la autopista AP-9 ya fue  inaugurado y entró en funcionamiento a finales del pasado junio. De  hecho, la fase final de aquella actuación también registró importantes  retenciones, sobre todo, durante los fines de semana de retorno de las  playas.
En cualquier caso, desde la consellería  precisaron que el asfaltado que se llevó a cabo ayer no podía realizarse  durante el fin de semana. Y es que previsiblemente la afección sobre el  tráfico rodado sería mayor debido a la gran afluencia de vehículos a  los arenales de la costa pontevedresa.
En cuanto a los atascos de ayer, sobre los que ni  Tráfico ni la Subdelegación del Gobierno fueron informados, estos se  produjeron al habilitarse un único carril para circular. Esto provocó  que por el otro fueran pasando de manera escalonado los vehículos en uno  y otro sentido. Los encargados de regular este tránsito intermitente,  al parecer, fueron los propios operarios de la empresa encargada de  ejecutar las obras.
Lo cierto es que el entorno del nudo de Curro se  convirtió en un supertapón que era incapaz de garantizar una fluidez de  paso. Los mayores atascos, de varios kilómetros, se registraron en el  tramo pontevedrés de la PO-531. Así, varios usuarios reseñaron que, en  determinados instantes de la mañana, la cola de vehículos llegaba desde  el entorno del propio nudo hasta la señal que marca el límite  territorial entre los municipios de Pontevedra y de Barro.
Si bien no es descartable que la situación de  ayer se vuelva a repetir en próximos días, todas las fuentes consultadas  insistieron en la necesidad de contar con una carretera que, no solo  mejore la conexión con los arenales, sino que también vertebre el  tráfico del área industrial de Pontevedra con las vías de alta  capacidad.
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