Hoy empieza la temporada clave para la autovía de O
Salnés, la carretera de referencia para quienes circulan por la
autopista AP-9 y luego quieren ir hacia las playas de A Illa, Sanxenxo u
O Grove o también para los pontevedreses que en pleno verano pretenden
evitar las colas de la carretera de la costa hacia el litoral
sanxenxino. Si se le hace un examen al vial, en principio, todo haría
pensar que merece un sobresaliente. La infraestructura está francamente
bien. Tiene desde un firme impoluto a una buena señalización, incluso
con carteles luminosos, pasando por los servicios idóneos -por ejemplo,
dispone de gasolinera 24 horas-. Sin embargo, si uno la recorre de cabo a
rabo, no puede ponerle ni siquiera un aprobado. Su desembocadura es
nefasta. Termina en la vía de alta capacidad que lleva a O Grove, la
antigua y mal llamada vía rápida, un vial preñado de peligros. Ayer, en
la víspera de una de las grandes operaciones salida del verano,
recorrimos la autovía desde Curro a las tierras grovenses para chequear
qué se toparán quienes viajen por ella.
El inicio, en Curro, es inmejorable. Pese a tratarse
de un nudo de carreteras importante, quien coja ahí la autovía no tendrá
dudas de qué ramal tiene que tomar. La señalización está clara. Uno
entra y empieza a conducir confiado. Los primeros kilómetros son coser y
cantar. No existe ni un solo bache, el tráfico, de momento, es
relativamente bajo y los carteles son claros. Hay alguna cosa mejorable,
como un indicativo para ir hacia la gasolinera que, de estar un poco
antes, no haría dudar a los conductores. Pero es un pecado menor.
Conforme se avanza hacia el corazón de O Salnés,
empiezan los letreros que informan de labores de mantenimiento y hay un
carril cerrado al tráfico en varios kilómetros. Se están haciendo
trabajos de poda de árboles, desbroce de maleza... Podría pensarse que
estas mejoras son un tanto inoportunas. Pero hay que tener en cuenta dos
cosas: los operarios llevan meses trabajando, a veces incluso en días
de lluvia. Y, además, con la primavera con la climatología tan revuelta
que hubo, las hierbas crecieron sobremanera, obligando a adecentar el
vial continuamente.
Cambio de vía
Ayer, no había atascos en ningún punto de la autovía,
ni siquiera en la salida principal de Sanxenxo. Así que el viaje hasta
ese punto era perfecto. Pero pobre del que siguiese hacia adelante. A
pocos metros, justo cuando la autovía pierde su nombre y se convierte en
una vía de alta capacidad de solo dos carriles que lleva a O Grove, un
bache, como si quisiese evidenciar el drástico cambio de carretera,
recibía al conductor. El aglomerado en ese punto está hundido, con lo
que el cambio de un vial a otro, ya de por sí peligroso, se hace más
temerario. Encima, ayer, en esa zona había también señales de obra. Y,
por supuesto, caravana. No eran colosales retenciones. Pero sí colas
intermitentes, cansinas, y que obligan a conducir con precaución y mil
ojos.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/arousa/o-grove/2016/07/01/carretera-firme-inmaculado-termina-pesadilla/0003_201607A1C5991.htm
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