El proyecto, en manos de la Xunta desde finales del pasado año y que forma parte de la ronda urbana, todavía debe superar el estudio ambiental y afrontar la exposición pública
Mientras el Concello ya tiene firmado con la Diputación un convenio de 2,4 millones para ejecutar en el plazo máximo de dos años y medio el arranque Sur de la ronda urbana, el tramo Norte de este mismo vial, denominado Variante de Alba y que proyecta la Xunta desde hace meses, todavía deberá aguardar al menos hasta 2014 para que comience su ejecución. Este segundo vial se diseña como una conexión entre las carreteras de Vilagarcía (PO-531) y de Santiago (N-550) que sirva de alternativa a la sinuosa y angosta PO-225.
Aunque la Axencia Galega de Infraestruturas (AGI) dispone del estudio informativo desde finales del pasado año, por el momento todavía no ha comenzado su tramitación pública. Según admitió ayer la Consellería de Medio Ambiente, hasta dentro de un mes, como mínimo, no se procederá a someter al trazado a las consultas ambientales obligatorias, y aún después, sin un calendario determinado, aún tendrá que superar la exposición al público para posibles sugerencias y alegaciones. Todo eso, al margen de la licitación y otros procesos, supone varios meses de tramitación que impiden iniciar las obras en 2013 como había anunciado la consellería en alguna ocasión.
La Variante de Alba apareció por vez primera en las previsiones económicas de la Xunta en los Presupuestos de 2013, si bien con una escasa partida de 20.000 euros y una reserva de ocho millones para los ejercicios siguientes.
Hace más de cuatro meses, en noviembre pasado La AGI ultimaba el diseño final de esta variante de Alba ya que para entonces ya disponía de todas las alternativas de trazado posibles y trabajaba en la elaboración de un estudio de tráfico para elegir la solución final. Este vial, ubicado al Norte de la ciudad, servirá de alternativa a la PO-225, una inadecuada carretera que cruza bajo la vía del tren, punto donde han sido frecuentes los accidentes de camiones debido a su gálibo. De hecho, en el estudio de las alternativas se ha tenido en cuenta que el paso del tren se ha transformado ahora por las obras del Eje Atlántico de alta velocidad ferroviaria.
Esta variante es una vieja reivindicación del gobierno local pontevedrés, que siempre presentó ese trazado de menos de un kilómetro como el primer tramo de la denominada "ronda urbana". Sin embargo, la Xunta siempre quiso huir de esa denominación municipal, al tratarse de una carretera convencional, si bien el recorrido es similar al propuesto por el Concello. Además, su desarrollo se vinculó a la reforma de la PO-531.
La redacción del proyecto de trazado y de impacto ambiental fue adjudicado por la Xunta en junio pasado a la consultora Ingeniería del Noroeste SL por 58.650 euros y un plazo de ejecución de seis meses.
La actuación se llevará a cabo a lo largo de 850 metros y, según insiste la Xunta, complementa la mejora de la capacidad de la PO-531, entre Pontevedra y Curro, que en un futuro se transformará en una vía urbana, con el objetivo de compatibilizar el tráfico con la actividad existente en sus márgenes, El segmento que enlazará la parroquia de Alba y el nudo de Curro pretende minimizar la afección a las propiedades privadas, mientras que la variante de Alba, por discurrir por núcleos más poblados ha sido objeto de especial atención por parte de los técnicos.
El diseño de esta variante no implica compromiso alguno por parte de la Xunta para continuar su recorrido hacia el Sur, siguiendo las propuestas municipales de ronda urbana, de ahí que el Concello dirigiera sus negociaciones al respecto hacia la Diputación.
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