Embarrados en el Monte Acibal

Barro acoge el estreno de la Federación Gallega de Vehículos Todoterreno

Pruebas de tracción, para salvar obstáculos que parecen infranqueables y otras atractivas maniobras en medio del barro generado por las últimas lluvias, todo ello protagonizado por "monstruos" de cuatro ruedas, se pudieron ver ayer en el circuito de vehículos todoterreno existente en el Concello de Barro y organizado por el Club Traczion Catro de ese municipio. La cita es algo más que un encuentro deportivo y sirve para hacer turismo por la comarca.

Durante dos días (el pasado viernes y ayer) todos los aficionados a los todoterrenos se pudieron dar cita en Barro para asistir el estreno en competición de la recién constituida Federación Gallega de Vehículos Todoterreno, un evento apadrinado por el concello y por la Diputación, que apoya este tipo de encuentros por, entre otras razones, el carácter lúdico y turístico, ya que además de poner frente a frente estos "monstruos" de cuatro ruedas, los participantes disfrutan en común de excursiones por la comarca, desde Arousa hasta el alto do Candán, todo ello con el Monte Acibal como epicentro.

Según la entidad provincial, en Galicia hay unos 1.500 vehículos propiedad de aficionados a esta modalidad (turismo 4x4) y la mayoría no pertenece a ningún club, de ahí que una de las finalidades de la nueva federación es agrupar a todos los clubes existentes, "defender y vigilar el uso razonable del entorno natural y representar a sus asociados".

La cita de ayer en Barro hizo honor al nombre del municipio, ya que la lluvia de estos dos últimos días, si bien escasa, si sirvió para crear unos barrizales en el circuito que hicieron aún más espectacular la competición. El Club Trazcion aprovechó los días festivos de Semana Santa para organizar un sinfín de atractivos. Ya el viernes se realizó una ruta turística de dificultad media por diversos puntos de Monte Acibal, apta para todos los vehículos 4x4.

Para ayer sábado, el programa incluía una concentración en el circuito a la que se añadía una churrascada, a la que podía asistir cualquier interesado por un precio de diez euros.