Con el nudo de Curro finalizado, la provincia contará con 2,83 kilómetros más de vías de altas prestaciones. Sin embargo, los arousanos tendrán que esperar al menos tres años más para poder beneficiarse de la futura autovía que se prevé unir Vilagarcía con Pontevedra a través de ese enlace.
En el mes de marzo la Xunta de Galicia, "a consecuencia de la crisis económica", modificó el calendario del Plan Move de movilidad y ordenación viaria estratégica, en el que se incluía la conexión Curro–Baión. La previsión: que esa obra esté lista en 2015.
La primera fase de esta actuación, que parte del macronudo y se adentra en el término municipal de Meis a través de la parroquia de San Lourenzo, fue adjudicada en febrero del año pasado. Se trata de un tramo de unos dos kilómetros de longitud y presupuestado en 13.212.957,96 euros, que une Curro con el enlace de Costa. Las obras tenían un plazo de ejecución previsto de 21 meses, sin embargo las obras van con retraso, a expensas de que finalice el macronudo.
En marzo el alcalde de Vilagarcía se reunió con el presidente del gobierno gallego para abordar temas de interés para la capital arousana. Sobre la mesa Tomás Fole puso esta autovía, de cuya segunda fase se desconocen los plazos de ejecución.
La autovía Curro–Baión tiene una longitud total de 8,8 kilómetros, y su presupuesto global asciende hasta los 122.700.000 euros. De ese modo, la mayor parte de la inversión se reserva para esa segunda fase de la actuación, que por el momento está en el aire, pues no aparece consignada en los presupuestos del gobierno gallego para el año en curso.
A partir del enlace de Costa en el que culminará la primera parte de la futura autovía esta carretera continuará hasta la parroquia vilanovesa de Baión, donde está previsto que enlace con el nudo de comunicaciones de Godos. Esta gran glorieta reúne ahora las carreteras N–640, PO–531, la circunvalación norte de Vilagarcía y el acceso desde el puerto de esta ciudad a la autopista AP–9. Éste último, a su vez, conecta con un entramado de viales de alta capacidad que vertebran la comarca de O Salnés.
La Consellería de Medio Ambiente e Infraestructuras ha dejado en suspenso la segunda fase de la autovía Curro–Baión, que todavía se encuentra en la fase de redacción del proyecto. La situación económica y los recortes y la reducción de la inversión que practican las administraciones hacen temer un retraso mayor de esa obra.
En idéntica situación se encuentra el desdoblamiento del vial de alta capacidad que une la Autovía do Salnés, a la altura de Sanxenxo, con el término municipal de O Grove. A pesar de que el año pasado el conselleiro aseguraba en Vilagarcía que el proyecto continúa vigente, éste tampoco figura en los presupuestos que la Xunta ha aprobado para este año.
Mejorar la red vial es una antigua demanda, tanto de la clase política, como del empresariado y la ciudadanía de O Salnés. En los últimos meses la Federación de Empresarios Comarca de Arousa (Feca), instaba al gobierno gallego a atender lo antes posible la que es una demanda casi histórica por parte de los grovenses.
La conversión de la antigua vía rápida que enlaza la AP–9 con Sanxenxo en autovía consiguió mejorar considerablemente la movilidad en la comarca. Algo que se nota especialmente en verano, cuando las retenciones provocadas por los turistas y visitantes que casi cada tarde se acercan a las playas arousanas eran una constante.
El hecho de no extender la autovía hasta O Grove tiene como resultado una especie de efecto "tapón". Y es que cuando los dos carriles de la autovía desembocan en el único que lleva hasta la localidad meca, aparecen las caravanas.
Los empresarios, pero también el presidente de la Mancomunidad, Gonzalo Durán, reclaman igualmente el desdoblamiento del vial de acceso al puerto de Vilagarcía, en el que el tráfico se intensifica debido a los transportes de mercancías que tienen las dársenas como destino.
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