Cristo entra en Jerusalén sobre una alfombra roja
Devotos, curiosos y fotógrafos aficionados asisten a la primera representación de la Semana Santa Viviente de Paradela
Jesús entró ayer en Jerusalén sobre una alfombra roja. La cofradía organizadora de la Semana Santa de Paradela procura sorprender todos los años a vecinos y visitantes con algún detalle nuevo. Y lo hacen con la ilusión de afrontar el segundo año como Festa de Interese Turístico Galego. Las representaciones se iniciaron ayer, aunque las más espectaculares son las que vendrán el Jueves Santo por la tarde-noche y el viernes.
La Semana Santa Viviente de Paradela celebra por segundo año la distinción de Interese Turístico Galego, y eso obliga a la cofradía organizadora a esmerarse en el cuidado de los detalles. La fiesta se inició ayer como es tradicional con la entrada de Jesús en Jerusalén a lomos de un burro, y con la novedad de que lo hizo sobre una alfombra roja desplegada entre la iglesia parroquial y el cruceiro de Outeiro. Lo que no cambia es el gran número de vecinos que acuden vestidos para la ocasión –ya sea como romanos o como "pueblo"– ni la presencia en la parroquia de Meis de muchas personas de otras localidades.
Es el caso de Bibiana García, una joven vilagarciana que estudió Realización y que acudió a la primera representación con la intención de participar en el concurso de fotografía. "Es el primer año que vengo. Vi otros años esta Semana Santa y me parece muy interesante". O de Carmen Bermúdez, una mujer de Ribadumia con raíces familiares en Paradela, pero que llevaba cerca de 40 años sin acudir a las representaciones de la Pascua Viviente. "Vine porque tengo una nieta a la que le gustan muchos los animales y quería ver la burra".
En su opinión, buena parte del éxito de la celebración de Paradela se debe a que "aquí la gente se une para todo, y esa unión no existe en casi ninguna otra parte". Junto a ella se encontraba ayer, minutos antes de la bendición de los ramos, una vecina de la propia Paradela, Lidia Rodríguez. Afirma que para ella la Semana Santa "es muy importante", y que buena parte del éxito de la celebración de Paradela "es que los vecinos hacen por entenderse".
Lidia Rodríguez nunca actuó en las funciones, pero sí lo hicieron sus dos hijas y varios sobrinos. Asegura que cuando los vio, vestidos de época y actuando "me emocioné".
También hay fe
La de Paradela es una Semana Santa muy espectacular, debido a la representación teatral de los principales momentos de la Pasión de Cristo. Se celebra así desde un tiempo inmemorial –en Meis afirman que desde hace dos siglos–, pero ha experimentado un impulso enorme desde hace una década, aproximadamente. Hasta entonces, la mayoría de los papeles los realizaban niños, pero en la actualidad –aunque estos siguen participando–, los principales papeles los representan adultos, con el delineante Enrique Barros a la cabeza, que un año más encarna a Jesucristo.
La fiesta se presentó este año por primera vez en la sede del Padroado de Turismo Rías Baixas, y se indicó que esperan la presencia de unas 6.000 personas. Muchas de ellas incluso vendrán de fuera de la comarca de O Salnés. En muchos casos lo hacen atraídos por la vistosidad teatral de las actuaciones, pero también por la fe.
O así lo cree el párroco de Paradela, de Valiñas (Barro) y del geriátrico de Ribadumia, José Barreiro Gontad. "Habrá quien viene por el teatro, pero también hay mucha gente que viene por la creencia religiosa. Y la prueba es que en la procesión del Santo Entierro, que baja desde el monte da Croa, todo el mundo va en silencio y portando velas. Eso demuestra que está ahí no por el jolgorio, sino por fe". El sacerdote llegó a Paradela hace 34 años, por lo que ha visto crecer la Semana Santa. "Es una tradición muy antigua, pero que ahora ha cogido mucho auge".
La celebración se inició poco antes de la una con una lectura sobre la entrada de Jesús en Jerusalén, con la bendición de los ramos de olivo y las palmas, y con la procesión de la burrita, acompañada por la música de la banda de A Vertula
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