Pontevedra, Poio, Barro y Moraña son los únicos con un saldo vegetativo positivo en 2011 aunque en niveles inferiores a otros años
La sangría de población en las áreas del rural de la comarca de Pontevedra parece no tener fin. Los datos todavía provisionales del Instituto Galego de Estatística referentes a 2011 desvelan que en 10 de los 14 municipios de la comarca de Pontevedra el saldo vegetativo fue negativo, es decir, hubo más fallecimientos que alumbramientos de bebés.
Un descenso de la natalidad que se ceba especialmente con los concellos de la zona interior de la comarca, salvo contadas excepciones. Es el caso de Barro, en donde el pasado año ganaron 22 vecinos entre aquellos que vinieron al mundo en este municipio y aquellos que perdieron la vida.
Es la capital, Pontevedra, junto con el municipio vecino de Poio, quienes siguen tirando del carro en cuanto a la natalidad en la comarca. En la ciudad del Lérez vinieron al mundo el pasado año 761 bebés y fallecieron 646 personas. Un saldo positivo de 115 personas que, con todo, se sitúa muy lejos de los 247 del año 2008 o los 210 de 2009.
En cuanto a Moraña, el municipio del Umia logra frenar una constante pérdida de población en los últimos años con un ligero repunte en el número de nacimientos y que hace que se equiparen prácticamente con el de fallecidos. Frente a los 46 bebés que vinieron al mundo, murieron 45 vecinos el pasado año.
Tras estos cuatro concellos se sitúan otros tres que pese a su carácter urbano vieron como en 2011 su saldo vegetativo era negativo. Es el caso de Marín en donde por primera vez en cinco años el número de fallecidos (228) fue superior al de recién nacidos (208). Lo mismo sucede a Sanxenxo en el que el número de defunciones (147) fue mayor que el de alumbramientos (133). Caldas de Reis también registró datos negativos en cuanto a natalidad en 2011, tras unos años en los que los índices de natalidad se mostraron bastante irregulares.
Un tercer grupo de concellos, la práctica totalidad de carácter rural, son aquellos en los que las defunciones son más que los nacimientos desde hace ya más de un lustro. Portas, Cotobade, A Lama, Campo Lameiro, Ponte Caldelas, Vilaboa o incluso Cuntis ven como pierden población por quinto año consecutivo. En muchos de los casos incluso en mayor medida que en años anteriores.
Algunos como Cuntis, Campo Lameiro, A Lama o Vilaboa vieron incluso como mejoraba ligeramente la cifra de natalidad, pero el envejecimiento de la población provocó también un aumento de las cifras de mortalidad entre sus vecinos lo que contrarrestó este incremento en el número de nacimientos.
Ayuntamientos como Cotobade han perdido en los últimos siete años casi 250 vecinos, una media de 35 cada año. Mientras a principios de la década de los 80, en pleno "baby boom", nacían en A Lama 38 niños al año, hoy son tan solo 11.
Caída en los matrimonios
Curiosamente, esta caída de la natalidad coincide también con un espectacular descenso del número de matrimonios. Por ejemplo, un municipio como Cuntis tan solo registró el pasado año siete uniones entre marido y mujer cuando cinco años antes la media era de 22. Este fue el segundo municipio de la comarca en el que menos matrimonios se produjeron, tan sólo superado por A Lama, en donde se casaron 3 parejas en todo el año. En Pontevedra capital el número de parejas que se casaron sigue siendo elevado, un total de 257, aunque lejos de las 431 que lo hacían, por ejemplo, en 2007. En Moraña fue uno de los puntos en donde más crecieron los matrimonios, pasaron de 9 en 2010 a 22 en 2011. En lugares como Marín se pasó de las 117 uniones matrimoniales que se producían en 2007 a las 67 del pasado año.
Más servicios para intentar arrebatar población a las áreas urbanas
Los regidores de algunos de los concellos que sufren esta constante pérdida de población debido al saldo vegetativo negativo apuestan por ofertar los mismos servicios que las ciudades para intentar fijar población en el rural. Es el caso del alcalde de Ponte Caldelas, Perfecto Rodríguez, quien se inclina por esta fórmula para intentar arrebatar población a las áreas urbanas, más que por plantear ayudas económicas directas a las familias que tengan hijos. "Siguiendo esta línea de trabajo, en los últimos años hemos puesto en marcha la escuela infantil, la ludoteca o el próximo curso comenzará a funcionar el comedor escolar", dice. "Creemos que incentivar este tipo de medidas, sobre todo aquellas que permitan conciliar la vida familiar y laboral, es la estrategia a seguir" para intentar frenar esta caída de la población, explica.
A esto habría que sumar la reactivación de la economía y la creación de empleo apostando por áreas empresariales como el polígono de A Reigosa.
Campo Lameiro ofrece ayudas de 500 euros por cada recién nacido
Al igual que en el caso de Ponte Caldelas, Julio Sayáns, alcalde de Campo Lameiro, también apuesta por la oferta de nuevos servicios para intentar fijar población en el rural, pero especialmente hace referencia a la necesidad de generar actividad empresarial y crear empleo promoviendo áreas industriales. No obstante, el regidor considera conveniente complementar estas medidas con ayudas directas a las familias que decidan tener un hijo por lo que este concello ofrece una ayuda de 500 euros (250 el primer año y otros 250 el segundo) para cada recién nacido que resida en el municipio.
Sayáns también cree que la crisis económica está provocando un regreso al campo de aquellos vecinos del rural que en su día emigraron a la ciudad. La coyuntura económica y la pérdida de empleos provoca en ocasiones "una vuelta a la aldea en donde el cultivo de las tierras o los animales siempre es una ayuda para vivir con los recursos propios".
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