Y el vino se hizo agua. La Festa do Viño de Barro elige a sus ganadores en medio de la lluvia

Una inesperada visita ahuyentó visitantes y deslució la tercera y última jornada de la Festa do Viño de Barro. Las continuas precipitaciones que cayeron sobre el Pazo da Crega durante mañana y tarde y que se esperaban solo para última hora del día convirtieron la que siempre ha sido una multitudinaria celebración en una congregación de apenas unos centenares de asistentes. Los más fieles a la tradición, no obstante, pudieron disfrutar por primera vez del almuerzo en el interior de las restauradas instalaciones, así como saborear la popular sardiñada. El jurado, además, hizo entrega de los premios a los mejores caldos y una distinción especial en la categoría de bodegas.

La trigésimo tercera edición de estos festejos tuvo que tratar de sobreponerse, por tanto, a las adversas condiciones meteorológicas. Las jornadas del viernes, cuando se abrieron los puestos al atardecer y, sobre todo, del sábado fueron las que concentraron mayor afluencia de público. Vecinos y visitantes pudieron comprobar el porqué de la fama de los vinos de la zona, con una participación de 23 bodegas de la denominación de origen Rías Baixas.

Un jurado compuesto por cinco catadores de la "Serenísima Orden de Lagariño", ataviados con sus correspondientes capas, eligió los mejores caldos tras una cata que fue uno de los actos centrales de esta última jornada. En la categoría de bodegas, Pazo da Buciña, de Vilanova de Arousa, logró el primer premio. Señoría de Rubiós (As Neves) y Terras de Asorei (Cambados) obtuvieron el segundo y tercer premio, respectivamente.

En cuanto a la categoría de reconocimientos individuales, el del blanco país fue para José Manuel Luaña; tinto país para José Corredoira; caíño para José Chao y albariño para el vino de Restaurante Meli. En total el número de caldos que participaron en esta nueva edición de la fiesta alcanzó prácticamente el medio centenar, incrementándose en 15 con respecto al año anterior.

Tras la deliberación del jurado, el Pazo da Crega acogió por primera vez el banquete que habitualmente se servía en la explanada. El remodelado interior albergó a decenas de comensales, entre ellos el alcalde de Barro, José Antonio Landín; su homónima de Moraña, Luisa Piñeiro, o el presidente de la Diputación, Rafael Louzán. Mientras los puestos de comida que año tras año están a rebosar, esta vez tuvieron que tomarse con otra filosofía una jornada pasada más por agua que por vino.