Miembros del Seprona constatan que esta práctica ilegal sigue produciéndose, aunque se reduzca en verano
Los caballos "salvajes" cuyos propietarios castigan colocándoles cepos, también conocidos como trancas o pexas, para limitar sus movimientos y tenerlos controlados, aún se cuentan por decenas en los montes de Xiabre y Castrove.
En el primer caso, el del monte perteneciente a los Concellos de Catoira, Caldas y Vilagarcía, parece haberse reducido el número de ejemplares castigados de este modo –que está perseguido y penado por la ley–, pero aún así todavía quedan demasiados ejemplares cuya vida está limitada por esos grandes palos que les colocan en las patas delanteras.
En Castrove, con terrenos repartidos entre localidades como Poio, Meis, Barro y Pontevedra, la situación parece más compleja, y a modo de ejemplo puede decirse que el jueves por la tarde bastaba con hacer un breve recorrido en coche, hasta llegar al campo de golf, para encontrarse a numerosos ejemplares provistos de cepos, muchos de ellos atravesados en medio de la calzada, amenazando gravemente el tráfico rodado a causa de sus torpes movimientos al andar.
Además, en estos mismos montes el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil tuvo que actuar hace solo unos días para retirar la tranca que alguien había colocado a una yegua que estaba preñada.
La presión ejercida en los últimos años, la tramitación de denuncias y el endurecimiento de la ley parecen haber disuadido a algunos ganaderos, pero aún quedan demasiados que se empeñan en mantener una práctica tan ancestral como prohibida y repudiada, especialmente grave cuando se producen incendios y los cepos limitan tanto el movimiento de los caballos que muchos de ellos mueren pasto de las llamas.
En cualquier caso, cuando llega el verano algunos ganaderos retiran los cepos a sus caballos. Y es que llega el momento de celebrar algún que otro curro, y lógicamente no pueden mostrar a sus animales ante vecinos y turistas sin retirarles antes ese artilugio ilegal. Tiempo tendrán después para volver a colocarlo.
Los agentes no solo denuncian, sino que retiran las "pexas"
Los miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil han intensificado de manera notable su presencia en los montes para tratar de evitar la utilización de trancas o pexas. Aunque es difícil controlar tanta superficie, y mucho más cuando la Guardia Civil dispone de tan pocos medios, los agentes han realizado una importante labor, y puede decirse que no solo vigilan los montes y protegen a los caballos, sino que también denuncian a los infractores y, cuando procede, retiran los peligrosos cepos.
En ocasiones incluso los guardias sufren heridas al tratar de reducir a los caballos para quitarles tales elementos, pero también es cierto que la preocupante situación física en la que se encuentran algunos obliga a intervenir con la máxima rapidez, como ha ocurrido en los últimos días.
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