Durante la jornada, impulsada por la Federación de Hostelería de Pontevedra (Feprohos) y con el apoyo de la Secretaría Xeral para o Turismo, se expuso la dimensión de la problemática actual como consecuencia de la proliferación de esta actividad por las buenas producciones de vino alcanzadas los últimos años y por su popularidad, en un momento de malos resultados para el sector de hostelería por la situación económica, su sobreregulación y el exceso de oferta.
Desde el sector hostelero expresaron manifestó su malestar ante la Administración por el daño que causan estas bodegas rurales a sus negocios y exigen que no se permita la venta de tapas a los "furanchos" al considerar que es un servicio propio de una actividad de hostelería.
Los representantes del sector expresaron frustración cuando se pusieron de manifiesto las diferencias impositivas, normativas y sancionadoras entre un establecimiento de hostelería y un "loureiro".
En este sentido, los hosteleros entienden que es necesario considerar la actividad de los "furanchos" como una actividad económica para facilitar los servicios de inspección, especialmente, en materia tributaria y laboral.
También reclaman una actuación coordinada en materia de inspección por parte de todos los organismos con competencias, y resaltan la necesidad de implicar a los Ayuntamientos, debiendo actuar como un órgano de vigilancia y de comunicación de posibles infracciones.
Por último proponen acotar los excedentes de producción de vino y prohibir la elaboración y venta de tapas.
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