Al final habrá Baixa das Bestas este verano en el pastizal de As Brañas, en Amil. La parroquia morañesa albergará los días 14 y 15 de julio su tradicional curro. Así lo decidieron la mayoría de los miembros de la Asociación Cabalar Monte Acibal, que a pesar del conflicto que mantienen con la Xunta por la obligación de implantar el microchip a los caballos apostaron por seguir con una tradición muy arraigada en Galicia.
Desde el colectivo se había anunciado en mayo que la determinación sobre la celebración o no de esta exhibición etnográfica correspondía a los ganaderos. Al no suspender la rapa, Amil se desmarca de la medida de protesta impulsada por la asociación de ganaderos de caballos de la sierra de A Groba. El pasado 13 de mayo propietarios de caballos escenificaron en el curro de A Valga, en el municipio de Oia, su plantón ante la obligación de la Administración autonómica de implantar a los equinos un microchip. Aquella fue una reivindicativa rapa sin bestas.
El rechazo a la implantación del dispositivo no se limita a su coste, que se estima en unos 40 euros por animal, sino que en el caso de A Groba se censura también el proyecto del decreto equino. Este colectivo de ganaderos presentó además una denuncia ante la Unión Europea que está pendiente de resolución.
La de Amil es una de las rapas con más tirón en la comarca de Pontevedra y se celebra después de la más internacional, la de Sabucedo, en A Estrada. Habrá que ver qué deciden los organizadores de otros curros que también se tendrían que desarrollar este verano como el de Cuspedriños, en San Xurxo de Sacos (Cotobade) o el de A Escusa, en Poio.
Hace unas semanas, el presidente de la Asociación Cabalar Monte Castrove, José Vidal, comentó que el tema estaba pendiente de una reunión. No obstante, adelantó que, aunque ellos podrían realizar igual el curro al tener parte de los equinos con chip, no descartaban apoyar a los demás compañeros. También esperaban «un acercamiento» por parte de la Xunta.
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