Dos de los heridos en el fuego de Barro se tiraron desde una altura de 10 metros

Los vecinos de A Bretoña, en Curro y, en general, los trabajadores de la comarca continúan conmocionados por el incendio que se generó el pasado miércoles en una fábrica de puertas de esta parroquia y que dejó una víctima mortal, además de otros cuatro heridos graves y tres leves.
 
La destrucción total de la nave, sin embargo, no es la peor noticia para Comercial Vilanova, sino la pérdida de uno de sus trabajadores, Juan Ogando. El joven, de 33 años, pereció minutos después de salir de la nave por su pie y por la entrada principal. Algunas fuentes afirman que Juan, que estaba soltero y residía en Moraña pudo haber dado la vuelta para alcanzar unas llaves en el interior cuando ya estaba a salvo. «Volveu a pola morte», decían ayer vecinos, algunos de los cuales llegaron el miércoles a auxiliar a los heridos incluso antes que las ambulancias.

Aunque ninguna fuente oficial se ha pronunciado parece que las condiciones de la nave pudieron influir en la dificultosa huida de los trabajadores. «Hai que ter en conta que foi feita fai 30 anos, atendendo a outra normativa na que a prevención non estaba en primeiro lugar», señalaban ayer fuentes presenciales. El local, con varios anexos y dos plantas solo tenía una salida en condiciones y otras de menores dimensiones. La planta alta carecía de doble acceso, por lo que dos de los operarios se tuvieron que arrojar desde una altura de casi 10 metros, atrapados por el humo. «O que pasou foi malo, pero non foi nada comparado co que puido ser», señaló un vecino.