Las retenciones en peajes de la AP-9 indignan a los usuarios

Usuarios de la Autopista del Atlántico muestran su enfado tras haber padecido importantes retenciones en los peajes. Ocurrió en la tarde-noche del domingo, cuando muchos regresaban de las playas y paseos marítimos a sus casas, después de que el buen tiempo reinante propiciara una importante actividad en las carreteras. La sorpresa para muchos automovilistas llegó cuando al disponerse a entrar a la zona de peaje de la AP-9 en Pontevedra se encontraron caravanas casi interminables.

Las retenciones, de varios minutos, se produjeron porque solo había una cabina atendiendo a los usuarios embotellados en una interminable sucesión de vehículos, que por momentos resultó peligrosa, a causa del riesgo evidente de colisión por alcance.

Es cierto que los que avanzaban desde O Salnés hacia el peaje de Pontevedra se encontraban al menos tres zonas de paso operativas por sistema automático. Pero para "pagar en mano" solo había disponible una caseta del peaje, y por tanto una sola persona se ocupaba de intentar cobrar a aquella larga cola de vehículos.

Ni que decir tiene que las retenciones fueron inevitables, al igual que el malestar de los usuarios, que se tradujo en alguna que otra importante pitada.