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lunes, 19 de marzo de 2012

En el arranque de la temporada, el río Chaín de Barro fue uno de los pocos con pesca.

Pésimo arranque de la temporada de pesca de río en O Salnés y Ullán


Los aficionados achacan las escasas capturas al bajo cauce de agua que tienen los afluentes del Umia y el Ulla
Los pescadores acudieron ayer a matar el gusanillo a los ríos de O Salnés y Ullán en los que se levantó la veda y poco más. Los aficionados a la pesca fluvial apenas pescaron en lo que para muchos ha sido el peor primer día de campaña de los últimos años. Sin embargo, quien más quien menos ya se lo temía. La sequía de este invierno motiva que los cursos fluviales tengan muy poco caudal, lo que evita a las truchas y reos remontar el cauce desde los ríos grandes (Umia y UIla) hasta sus zonas de cría en los afluentes.

"La jornada se puede resumir con una palabra: fatal", explicaba ayer un buen conocedor de la pesca en O Salnés. "Pero ya nos lo esperábamos. Las aguas van muy bajas y los peces no remontaron hasta las zonas de cría". De hecho, parece ser que solo se pescó algo en el río Cañón –un tributario del Umia que atraviesa buena parte del término municipal de Meis y de la parroquia de Lois–, mientras que los que probaron suerte en otros ríos, como el Armenteira, el Catoira o el Louro volvieron a casa en muchos casos sin nada. Los demás se hicieron con una o dos piezas a lo sumo.

Así las cosas, los pescadores se resignan a una campaña que podría ser más bien pobre. De todos modos, confían en que si llueve abundantemente en las próximas semanas empiecen a verse más peces. Y, de no ser así, les queda el consuelo de esperar al 1 de mayo, que es cuando se levanta la veda tanto en el Umia como en el Ulla.
Y es que por el momento la pesca solo está permitida en O Salnés y Ullán en algunos afluentes de estos cursos, como el Louro de Valga, el Catoira, o el Cañón, el San Martiño y el Armenteira (Meis y Ribadumia). También se inició la temporada en el Regato de Areas (Sanxenxo). Las malas expectativas hicieron que algunos aficionados de O Salnés saliesen fuera de la comarca en busca de ríos con más agua.

Algunos probaron suerte en los de Caldas de Reis –Follente, Bermaña o Barral–, de Barro –el Chaín fue otro de los ríos en los que ayer se pescó algo–, e incluso de Moraña. "No se pesca nada, pero trucha hay", afirmaba ayer un aficionado arousano que se desplazó hasta Moraña.

El balance no difiere mucho del que hacen en la mayoría de las comarcas, ya que las capturas fueron por lo general escasas en el resto de ríos gallegos.

Controvertidos efectos de la Ruta da Pedra e da Auga
Algunos pescadores que acudieron ayer a tirar la caña en el río Armenteira –también conocido como Grande en la zona de Barrantes– manifestaron que apenas se ven piezas. Son conscientes de que la sequía de este invierno, y las temperaturas moderadas de los últimos días juegan en su contra y que son factores decisivos en la abundancia o escasez de truchas y reos, pero también atribuyen parte de culpa al paseo que discurre a orillas del río.

El Colectivo Ecoloxista do Salnés ya advirtió en más de una ocasión de que los paseos a orillas de los ríos no deben estar concebidos como si fuesen jardines o senderos de un parque urbano, y que hay que ser muy respetuoso con el entorno natural en el que se inscriben esas actuaciones. Los ecologistas criticaron en su día los desbroces de maleza y vegetación que se llevaron a cabo en la Ruta da Pedra e da Auga –que une los molinos de Barrantes con el monasterio de Armenteira– así como en el nuevo sendero de Ponte Arnelas.
Alegan que los árboles de ribera y la vegetación típica de los ríos tienen una importancia decisiva en los ecosistemas fluviales, pues son el refugio de numerosos insectos y pequeños invertebrados, evitan la erosión del terreno y contribuyen a regular la temperatura del cauce. Si esa vegetación desaparece puede tener efectos más o menos claro sobre la fauna.

Pero también el tránsito continuado de personas puede afectar a las truchas y provocar que busquen otras zonas más tranquilas para desovar y alimentarse.

La Xunta pide que no se vadeen los cauces
La Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia pide a los pescadores que no vadeen los ríos, puesto que el caudal es tan bajo que esa práctica podría afectar a los alevines en las zonas de cría. La recomendación la realiza el director general de Conservación da Natureza, Ricardo García Borregón, que ayer realizó una visita a uno de los ríos en los que se abrió la veda, situado en el municipio coruñés de Coristanco.

En la comunidad gallega hay cerca de 70.000 personas con licencia de pesca en vigor y 177 cotos.

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