Los vecinos de Curro están conmocionados con el  incendio de la nave empresarial. Muchos de ellos, como Manuel Corredoira  Touriño, conocen perfectamente a todos los trabajadores de Comercial  Vilanova. Ayer no daban crédito al suceso y en su valoración de los  hechos se mezclaban el dolor por las víctimas y la rabia por lo que  consideraron que fue una excesiva tardanza de las ambulancias. Con la  voz entrecortada, este testigo describió los primeros momentos de  tensión: «O máis duro destes casos é velos aí no chan e non poder facer  nada».
Corredoira estaba comiendo en su casa, a unos  trescientos metros del lugar del siniestro, cuando un hijo le dijo que  estaba ardiendo la fábrica. Llegó allí en poco tiempo y ya se encontró  con una moto de la Guardia Civil. Después siguieron llegando agentes y  bomberos de distintos parques de la provincia. Este vecino arremetió con  firmeza contra la lentitud de respuesta del 061. Aseguró que las  ambulancias llegaron «máis dunha hora» después de la primera alerta.
Para él, este retraso fue muy doloroso. «Iso é o  que non pode ser, ademais neste tema que normalmente morren por asfixia e  por queimaduras», precisó. Recalcó que los propios agentes insistieron  en sus comunicaciones con el 112 urgiendo la llegada de los sanitarios.
«Non lle atopo ningunha explicación porque  estando tan cerca como está Pontevedra, e cunha estrada tan boa, se  poida tardar unha hora en acudir a feridos graves», concluyó.

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