El crecimiento en afluencia de la ruta obliga a diseñar ya el plan para el año santo
El 17 % del total de peregrinos que emprenden la ruta
a Compostela lo hacen ya por el Camino Portugués. Y va en constante
crecimiento. La Asociación de Amigos del Camino Portugués prevé que en
apenas cinco años, en el 2021, coincidiendo con el próximo año santo, se
podría prácticamente triplicar el número de peregrinos que eligen esta
ruta que discurre por trece municipios de la provincia de Pontevedra y
parte desde Lisboa.
Ante este reto, hay algunas cuestiones cruciales. Y
sobre ellas se han comenzado a trazar estrategias conjuntas con los
municipios portugueses desde los que parte el Camino, con los
responsables de los municipios que luego atraviesa toda la provincia de
Pontevedra, de sur a norte, para emprender ruta hacia Santiago. De ello
estuvieron tratando la pasada semana en Portugal representantes de
ayuntamientos lusos y de la provincia, en una iniciativa liderada por la
Diputación de Pontevedra que se ha fijado, entre otras prioridades,
garantizar la seguridad en el Camino.
Y no se trata solo del plan inicial de eliminar
puntos peligrosos en lo referente a seguridad vial en el trazado, que
ahora se están estudiando para proceder a una mejor señalización y, en
su caso, alguna remodelación viaria para evitar puntos de riesgo, sino
que se ha puesto sobre la mesa la necesidad de coordinar a los distintos
cuerpos y fuerzas de seguridad presentes en ambos países en aquellos
municipios por donde transcurre el Camino.
«É moi importante a coordinación dos
distintos corpos de seguridade a longo da ruta de maneira que calquera
incidente poda ter unha resposta favorable e rápida para o peregrino»,
resume David Regades, diputado provincial que se desplazó al municipio
luso de Barcelos para trabajar junto a las instituciones lusas cómo
llevar a cabo esa coordinación.
En juego está hacer del Camino una puerta de entrada
al turismo de calidad. Mediante fondos europeos, calculados en cuatro
millones de euros, se busca hacer de la ruta un auténtico escaparate. Se
ha empezado ya a trabajar en una mejor señalización de vestigios
arquitectónicos, yacimientos o cualquier otro patrimonio que se
encuentre a lo largo de la ruta, a lo que se sumará una mejor indicación
del propio Camino y la reposición de «patrimonio natural», con la
plantación y recuperación de vegetación. Actualmente, una brigada de la
Diputación ya se encarga de desbrozar el trayecto que en los 13
municipios de la provincia que atraviesa.
Incremento del 25 %
Ahora que la ruta portuguesa a Santiago ha
experimentado en los últimos años un crecimiento del 25 % en afluencia
de peregrinos se llama la atención acerca de que esa afluencia masiva
pueda derivar en problemas de seguridad y que se desencadenen hurtos al
descuido o episodios violentos.
La ruta portuguesa es, de hecho, la única, al margen
del Camino Francés, que tiene entre sus albergues uno que supera las
diez mil pernoctaciones. Es el albergue de Pontevedra, pero el de
Redondela, con 7.858, o el de Tui, con 5.522, se sitúan también entre
los grandes destinos para pernoctar de los peregrinos, con cifras por
encima de los cinco mil al año. El resto de los albergues del camino
están en 3.489, para Teo, ya en la provincia de A Coruña, al igual que
Padrón, con 8.030. En la provincia de Pontevedra, Pontecesures, con
1.515; Valga, con 3.166; Portas, con 1.123; Mos, con 2.980; y Porriño,
donde pernoctaron en el último año 4.963 peregrinos.
Con estas cifras, se estudia si sería viable dar
entrada a la iniciativa privada para reforzar con nuevos albergues con
ánimo de lucro la oferta ya existente. Porque, mientras solo 13 de los
69 albergues de todas las rutas del Camino suponen la mitad de la caja
total y la red continúa siendo deficitaria, se constata cada vez más el
perfil del peregrino que pernocta en hoteles, especialmente en las
ciudades.
De hecho, desde la Asociación de Amigos del Camino
Portugués constatan cada vez con más frecuencia que la red ya no es
capaza de albergar a peregrinos en los picos de afluencia. Sucedió por
última vez en la pasada Semana Santa, cuando se tuvo que alojar a un
numeroso grupo en un pabellón polideportivo ante la falta de espacio.
Una nueva ruta jacobea se ha sumado a las tres existentes en la provincia
Si de algo pueden presumir las comarcas de Pontevedra
y Arousa son de dar cabida a cuatro rutas distintas del Camino de
Santiago, la última de las cuales se acaba de sumar hace escasos días.
Es la bautizada como Ruta del Padre Sarmiento, que reproduce el
itinerario que en 1745 siguió el erudito benedictino hasta la capital de
Galicia, donde descansan los restos del Apóstol Santiago.
Con una duración estimada de nueve jornadas para
cubrir 190 kilómetros, es un periplo del que el Padre Sarmiento dejó
constancia escrita en su obra Viaje a Galicia.
No obstante, la principal ruta jacobea que traviesa
las Rías Baixas es el Camino Portugués, un itinerario de seis etapas que
se adentra en la provincia de Pontevedra a través de Tui y atraviese
ayuntamientos como los de Vilaboa, Pontevedra, Barro, Portas o Valga
antes de cruzar el Ulla por Pontecesures hasta Padrón y continuar camino
hacia Santiago. Precisamente, es en Padrón donde los peregrinos de la
Ruta Jacobea Marítima desembarcan para continuar a pie los últimos
veinticinco kilómetros. Previamente, y siguiendo la traslatio o
translatio -el viaje que realizaron los restos del Apóstol en barco
desde Jaffa hacia Galicia-, los peregrinos habrán remontado la ría de
Arousa y el río Ulla hasta alcanzar la antigua Iria Flavia.
La cuarta de las rutas también es relativamente
reciente, ya que se inauguró en el 2012. Es la denomina Variante
Espiritual, que aúna el Camino Portugués con la Ruta Marítima. Así, tras
dejar atrás Pontevedra, los peregrinos deben adentrarse en Poio en
lugar de seguir hacia Caldas. Continuarán viaje hacia Armenteira,
Ribadumia y Vilanova de Arousa, en cuyo puerto tomarán una embarcación
que les permita proseguir hasta Padrón para luego retomar la última
etapa del Camino Portugués.
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