La última revisión que ha llevado a cabo la DGT de
las carreteras especialmente peligrosas ha puesto de manifiesto que en
la comarca de Pontevedra existen un total de veintidós tramos que
conllevan, atendiendo al número de accidentes graves que registran, un
riesgo circulatorio. En ellos se reforzará la vigilancia con radares,
fijos en el caso de los tres puntos detectados en la autopista y en los
dos de la VG-4.1, donde, por otro lado, ya no se considera necesario la
presencia continua de radares móviles.
Estos sí que estarán presentes en las carreteras
convencionales incluidas en el listado, donde completarán la labor que
desarrollan las instalaciones fijas. En este sentido, la N-640 es la que
acumula una mayor cifra de tramos peligrosos -media docena-, mientras
que la que hasta ahora venía ocupando este lugar, la N-550, ha visto
como en la última revisión la DGT reducía su número de seis a cinco.
Dos zonas de alta probabilidad de accidente han sido
detectadas en la N-541, mientras que la curva de Curro, en el municipio
de Barro, sigue incluyéndose dentro del tramo de la carretera PO-531
donde las patrullas de la Guardia Civil de Tráfico intensificarán la
vigilancia. Y eso, a pesar de ser uno de los puntos de la red viaria
donde la Consellería de Infraestructuras ha intervenido, una actuación
que parece haber contribuido a rebajar la siniestralidad.
La lista elaborada por la DGT, además de incluir a la
PO-308 en toda su longitud, recoge un incremento de la peligrosidad en
la PO-551, carretera que une Marín y Bueu, mientras mantendrá la
vigilancia con radares móviles en la VG-4.4 o variante de Marín.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/pontevedra/2016/05/09/comarca-pontevedra-acumula-veintidos-tramos-riesgo-ocho-carreteras/0003_201605P9C1994.htm
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