El Tribunal Supremo acaba de confirmar la condena de seis años de prisión contra un vecino de Barro, José Ramón S. C., al que la Audiencia de Pontevedra había condenado a esta misma pena por un delito de abuso sexual a una persona que sufre una discapacidad psíquica grave.
Además, condena a cuatro años de prisión a un segundo acusado, también vecino de esta localidad, que se valió de su ascendencia sobre la víctima para llevarlo a la vivienda del primer acusado en donde se produjeron los abusos. En este caso, la Audiencia lo había condenado únicamente como cómplice a una pena de dos años de prisión. Sin embargo, la acusación particular presentó recursos y, con el apoyo del fiscal, sostuvo que este segundo imputado, Juan P. C., no actuó como un mero cómplice del primer acusado, sino que su labor fue más bien la de cooperador necesario. El Supremo estimó este recurso, mientras que rechazó el de los acusados, dictando esta nueva sentencia en la que mantiene la condena de seis años para el primero de los acusado y eleva de dos a cuatro la pena al segundo implicado.
Edad mental de tres años
El relato de hechos probados queda tal y como ya lo había establecido la Audiencia de Pontevedra en su primera sentencia. Según el fallo, en los primeros días de junio de 2013 el acusado Juan P. C. "aprovechó su condición de cierta familiaridad o amistad" con la víctima (que tenía una edad mental similar a la de un niño de tres años por este retraso mental grave que anula su capacidad para consentir una relación sexual) para convencerle de que le acompañase a casa de José Ramón S. C.
El fallo sostiene que, una vez allí, le dijeron que entrase en un galpón y allí José Ramón S. C. cerró la puerta con llave lo forzó sexualmente mientras que el segundo acusado observaba a través de una ventana.
Los dos condenados deberán indemnizar a la víctima de estos hechos con diez mil euros, además de abonar las costas procesales.
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