Experto en el estudio de la desigualdad, avisa de que tener un empleo puede no servir para salir de la miseria
Salvador Ortigueira (Barro,
Pontevedra, 1966) es un hombre inquieto. Quizá un gallego que lleva en
los genes el impulso de la emigración. Un vistazo a su carrera como
profesor universitario e investigador deja claro que lo suyo es el
movimiento: Santiago, Madrid, Nueva York, Florencia, Miami... Y eso solo
por el momento. Después de unos años dedicado a desentrañar los
mecanismos del crecimiento económico, se ha pasado al estudio de la pobreza.
Investiga en la Universidad de Miami cómo afectan las ayudas públicas a
aquellos que apenas malviven en Estados Unidos, y advierte que a Europa
le espera algo similar. «La economía me ha interesado desde siempre,
aunque no sabía lo que era, pensaba en los negocios, los bancos...».
Tras estudiar en Santiago se fue a Madrid para hacer el doctorado y
comenzó a investigar. «Al principio de los años 90 había una literatura
que estaba recibiendo mucha atención. Eran modelos para explicar qué
determina la tasa de crecimiento de un país, y a partir de los 80 se
empezaron a desarrollar modelos para tratar de explicarlo».
-¿Y qué dicen esos modelos?
-Que son los individuos los que a lo largo del tiempo
van adquiriendo más conocimiento, se hacen más productivos y consiguen
que la economía crezca. Es decir, el motor originario de la economía no
es la acumulación de máquinas o capital físico, sino el capital humano.
Hay situaciones o países que si empiezan con unas condiciones iniciales
de capital físico y humano determinado pueden caer en una trampa de
crecimiento porque las condiciones son contrarias a que los trabajadores
acumulen más conocimiento.
-¿Quiere decir eso que para que la economía crezca lo más importante es el conocimiento?
-Esa era la idea: la adquisición de conocimiento es
el principal motor. No significa que únicamente con conocimiento se
pueda crecer, pero es el motor inicial.
-Estará de acuerdo con la política de Obama de impulsar la educación como motor de crecimiento económico.
-Sin duda.
-¿Y qué opina de la situación de España, que parece la opuesta?
-No creo que sea la opuesta. Creo que todo el mundo
reconoce que sin conocimiento no podemos mantener el crecimiento
sostenido. La economía del conocimiento es fundamental porque es el
futuro, pero también es ya el presente. Si uno va a las fuentes del
crecimiento hay tres: acumulación de capital físico, es decir más
máquinas, como hay más máquinas producimos más; la segunda es más
trabajadores, y como hay más trabajadores producimos más; y la tercera
es que hay más conocimiento. Podemos tener las mismas máquinas y el
mismo número de trabajadores pero si tenemos más conocimiento producimos
más.
-¿Cómo ve desde fuera la situación económica española?
-La situación de España es de postburbuja. El
Gobierno ha tenido que rescatar a los ciudadanos y a los bancos por lo
que el nivel de deuda es el 100 % del PIB. Eso significa que ya no va a
poder hacer políticas expansivas de aumento del gasto para dinamizar la
economía. En los próximos años va a tener que seguir reduciendo el
déficit, no va a poder seguir gastando como antes y los impuestos no
podrán bajar demasiado porque el Gobierno necesita pagar la deuda. Da
igual quien venga, sea de derechas o de izquierdas, la situación va a
ser muy similar. No quiero decir que no haya sitio para distintas
opciones, pero a grandes rasgos, España va a pasar por unos años de
gasto público bajo y debe apostar por la flexibilidad, esa es la idea de
muchos académicos aunque otros no lo comparten.
-¿Flexibilidad en qué?
-Es darle oportunidades a la gente joven. La tasa de
desempleo en personas de menos de 25 años es del 50 % y yo entiendo que a
esa situación no se llegó por la crisis sino por el mercado laboral que
hay en España desde los años 80.
-¿Cree así que España seguirá pasándolo mal durante más años?
-No digo que lo vaya a pasar mal, sino que no tiene
la opción de aplicar las políticas expansivas que siempre han ayudado a
amortiguar las crisis. Pero creo que las políticas expansivas de gasto
no son la panacea.
-¿Y cómo ve la economía gallega al otro lado del Atlántico?
-No tengo un diagnóstico claro. Hay algunas empresas
que están apostando por las tecnologías, sobre todo en el área de A
Coruña y Vigo, creciendo alrededor de la industria automovilista, del
textil, un poco de los barcos... Creo que esa es una buena apuesta en
Galicia. La ventaja de España es que hay muchos y muy buenos ingenieros.
Dada esa abundancia de formación técnica, Galicia sería un sitio
estupendo para potenciar ese tipo de empresas. No descuidar la
educación, mantener la educación de alta calidad. Y después, tratar de
ofrecer incentivos a las empresas para que se desarrollen allí y creen
producto allí. Galicia haría bien apostando por tecnología y educación.
No sé el margen de maniobra que existe, pero en cualquier caso merece la
pena intentarlo.
-Desde hace unos años se dedica a investigar la pobreza y la desigualdad en Estados Unidos. ¿Ha aumentado?
-En Estados Unidos es un gran problema: el 15 % de
las personas viven bajo el umbral de la pobreza, 45 millones. El 1 % de
arriba ha crecido mucho en términos de renta y de riqueza, y los que
están en el lado malo de la distribución, no. Pero es complejo. Si uno
mira los salarios reales, el poder de compra con ese sueldo de los
trabajadores que solo tienen la secundaria, esos salarios reales han
caído en los últimos veinte años. La pobreza es un problema y yo creo
que en Europa vamos a tener que acostumbrarnos. En Europa hay un estado
del bienestar más fuerte que en EE.UU. y eso hace que aquí [en América]
la pobreza sea más visible. Y de lo que estamos hablando no es de
personas que no tengan nada, sino de algo mucho más grave: de
trabajadores que son pobres.
-No son sintecho...
-Exacto. Estamos hablando del trabajador pobre. Eso
es lo que me preocupa, la pobreza del que trabaja. Yo creo que en Europa
todavía no hemos visto esto, pero vamos a empezar a hacerlo.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/economia/2016/05/29/europa-habra-acostumbrarse-pobreza/0003_201605G29P40991.htm
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