Veinte años lleva pendiente de una solución el
conflicto de lindes entre Marín y Pontevedra por los rellenos del
puerto. Es uno de los casos más longevos de la comarca, pero también es
el más singular. Su novedad reside en que se trata de delimitar por
dónde discurre la línea divisoria en terrenos ganados al mar y como el
mar no tiene puertas, como dice el refrán, la Administración tiene que
decidir qué criterios seguir para repartir aquello que ayer era fondo
marino y hoy son terrenos en superficie.
Marín ha defendido desde 1996 la integridad de todo
el puerto para su término municipal, mientras que Pontevedra reclama
aquellos terrenos que están frente a Estribela e incluso en línea
directa desde el último marco reconocido por ambas partes -la fuente de
la plaza de Marqués de Valterra / O Regueiro- hasta el faro de Tambo. En
juego están los rellenos de las terminales de graneles y contenedores,
así como varias naves frigoríficas y la lonja. Hasta el día de hoy se
han ido sucediendo los expedientes, las comisiones de deslinde y las
propuestas, sin alcanzar nunca un acuerdo. La solución aún va para largo
porque, aún en el supuesto de que la Xunta se pronuncie a corto o medio
plazo, algo de lo que no hay ningún indicio, cualquiera de las dos
partes acudirá a los tribunales si no ve satisfechas sus
reivindicaciones.
El puerto de Marín ha dado también las imágenes más
pintorescas, como la del exalcalde marinense Francisco Veiga borrando
con un rastrillo la línea que puso Pontevedra en la plaza para separar
por dónde podían ubicarse los puestos del mercadillo de Estribela de los
miércoles. También fue la justificación para una de las manifestaciones
más multitudinarias de Marín, que tuvo lugar en abril de 1998 cuando se
movilizaron miles de vecinos.
La guerra por el puerto es la que más ruido ha hecho
en estos años, pero no es la única. También lleva coleando desde 1984 el
conflicto entre Pontevedra y Poio por ocho hectáreas entre el puente de
A Barca y el de As Correntes, en el ámbito donde está el nudo de
bomberos, la comandancia de la Guardia Civil e incluso parte de la
Xunqueira de Alba. Es un conflicto irresoluto, pero en el que el año
pasado se dio cabida a dos concellos más, Meis y Barro, porque la
revisión de los límites de Pontevedra y Poio remató forzando una
revisión en el Castrove por otras quince hectáreas, a las que se suman
otras siete más actualmente en Campañó.
Es también habitual que se judicialicen los temas,
como ocurrió entre Sanxenxo y O Grove por A Lanzada a mediados del siglo
pasado, o entre Bueu y Marín por el monte de San Lorenzo en 1998. El
Tribunal Supremo en 1961 falló a favor de los mecos, pero eso no impidió
que en el 2014 la exalcaldesa sanxenxina Catalina González intentase
que se revisase esta sentencia, aduciendo defectos de forma, para
incluir todo el istmo en su municipio. La Xunta acaba de pronunciarse
precisamente esta semana para archivar el expediente.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/marin/2016/06/16/conflictos-ayuntamientos-perduran-decadas/0003_201606P16C7991.htm
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