Cuenta la leyenda que la misión divina de Dioniso (el
Baco romano) era mezclar la música del aulós -una flauta doble típica
de la antigua Grecia- y dar final al cuidado y la preocupación. Lo hacía
por la vía del desenfreno y la celebración con el vino como hilo
conductor. Al fin y al cabo, él era el dios de la vendimia. Sin llegar a
tales extremos de frenesí, Barro se encomendó ayer a la doctrina de la
más hedonista de las deidades griegas en la 37 edición de la Festa do
Viño.
Durante todo el fin de semana, cientos de personas se
congregaron en el núcleo de San Antoniño con el buen ánimo como
principal acompañante. ¿El objetivo? Disfrutar de un intenso programa de
actividades con la música, el arte y el deporte como invitados de
excepción. Y con el vino como estrella indiscutible. Los veteranos
cosecheros de Barro sirvieron a sus invitados los exquisitos caldos que
llevan décadas elaborando y que han alcanzado los favores del gran
público, algo que pone de manifesto el hecho de que esta fiesta no ha
dejado de crecer con los años.
La música, para todas las edades y de los más
diversos estilos, ha jugado también a lo largo de estos días un papel
fundamental en alimentar el espíritu desenfadado de la Festa do Viño de
Barro, que ayer viajó además al pasado con la cuarta edición de la
Xuntanza de Vespas, Lambrettas y Motos Clásicas, todo un referente para
los amantes de las dos ruedas.
La última pata, que no la menos importante, de la
fiesta se concentró en torno al arte. Además de la exposición surgida
del concurso de imágenes de Barro, numerosos rincones del municipio se
llenaron ayer de creaciones en vivo con el certamen de pintura rápida,
todo un espectáculo que concitó el interés de un buen número de artistas
y que despertó una enorme atracción entre los visitantes. En
definitiva, un intenso fin de semana con el vino elevado a los altares.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/2016/06/20/barro-encomienda-doctrina-dioniso/0003_201606P20C2993.htm
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